Capitulo Extra 8

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Adán era una persona perceptiva, sabia perfectamente cuando algo andaba mal, se sentía tenso, miraba con mas detenimiento la manera en la que los demás realizaban sus actividades comunes, leía entre línea en cada mensaje, sabia exactamente que hacer.

Por ello respiro profundo cuando llego a casa... Amanda le estaba esperando, le escribió por la mañana antes de que tomara el vuelo de regreso, siempre gusto de viajar por trabajo, le gustaba ver algo más que campo, pero esta vez no veía la hora de regresar.

Sabia perfectamente que algo andaba mal.

- ¿Amanda? La llamo dejando la maleta y el abrigo en la entrada- ¿Madi? - volvió a llamarla sin respuesta

-Está durmiendo arriba señor- una de las empleadas salió de la cocina- creo que se ha sentido un poco mal, quizá sea el frio, este clima pone malo a cualquiera-

-Gracias Gladys- le sonrió sabiendo perfectamente que eso no era una buena señal

Adán se paró detrás de la puerta de su habitación, toco su pecho, respiro una, dos, tres veces y cuando se sintió lo suficientemente listo entro como quien camina directamente hacia un tiro a quema ropa.

-Hola- le contesto con una sonrisa a medias sentada en la mesita cerca del ventanal donde Adán solía leer

- ¿Esta todo en orden bonita? - camino tan rápido a ella que apenas pudo reaccionar a las manos que le tocaban la frete- Gladys me dijo que te sentías mal-

-Estoy bien, las clases terminaron y creo que mi cuerpo se tomo eso de "vacaciones" muy literal- le sonrió de nuevo con esa expresión que le estaba matando

- ¿Qué paso? - se sentó en la silla de junto girándola para poder tenerla de frente- puedo ver que algo paso, dímelo, me estoy volviendo loco-

-Soy muy mala para mentir-

-Yo soy un muy buen observador-

-Mira- señalo la mesa con aquel sobre que la atormento durante los últimos dos días

Adán se levanto para tomar los papeles mientras ella lo miraba sin pestañear, aquello era básicamente su peor pesadilla, pero debía mostrarse sereno, decir la verdad, de lo contrario seguramente todo se iría a la mierda.

- ¿Qué es lo que quieres saber? - dijo con un tono frio que Amanda no reconocía

- ¿Algo de eso es verdad? - pregunto rogando a todo lo sagrado que pudiera decir que no, que fueron malos entendidos, momentos que no debían salir así, algo que lo escusara lo que fuera... quería un motivo para no escapar

-Lo es... Todo lo que dice aquí es verdad, pero de alguna manera tuve mis motivos para hacerlo...-

Amanda abrió los ojos tanto que Adán sintió que su azul lo devoraba, lo miraba como si nunca en su vida lo hubiera visto, como si ese hombre que estaba frente a ella fuera algún tipo de abominación que no reconocía como suya, estaba ¿molesta? ¿Aterrada? ¿desilusionada? No podría saberlo, porque aquel gesto gélido y neutro que tanto tiempo utilizo llegaba a ella lentamente intentando no romperse frente a él

-No creo que exista un motivo suficiente para matar a alguien- Amanda se puso de pie intentando que el aire llegara a sus pulmones de alguna manera

-No sabes lo que dices, el tipo que te golpeo aquel día... El merecía que lo matara, al igual que la maldita perra que mato a mi hermana-

- ¿Cómo puedes decir eso tan a la ligera? -

- ¿Cómo puedes juzgarme por cuidar a los que amo? -

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