4 [Iruka]

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Días después de la masacre...

Se podía ver cómo una de las clases ninja estaba en lo que parecía un gran lago, que tenía varias cuerdas en medio atravesando de lado a lado...

—¡NO OTRA VEZ! ¡NARUTO!— exclamó uno de los maestros mientras correteaba al rubio.

—¡No me atrapan! ¡Jajaja!—

El joven ya estaba en su cuarto cambio de maestros... Había vuelto a cambiar; en tan solo 2 años de academia, ya había reprobado en 3 de las aulas con 3 pares de maestros, obligando al Hokage, a petición de los maestros, a volverlo a cambiar...

Todo con tal de que siguiera avanzando de grado...

El Hokage sabía que Naruto era muy problemático; de hecho, sus compañeros se quejaban de él, al igual que se reían de sus payasadas... Y ese era el objetivo del rubio, sentir atención.

¿Y ahora qué hizo?... Bueno, esta era una clase de equilibrio, donde los chicos aprenderían a manejar su centro de gravedad, ya fuera para saltar entre árboles, estar de pie en superficies pequeñas sin caerse, además de tener mayor versatilidad en movimiento y coordinación entre extremidades.

La clase de hoy consistía en cruzar los cables que pasaban sobre el río, caminando sobre ellos.

El profesor estaba dando una explicación de cómo hacerlo... Pero nuestro pequeño rubio, en una broma, había debilitado el cable, haciendo que en medio de la explicación este se rompiera y el maestro cayera al agua, mientras todos se reían de él...

No hizo falta preguntar quién fue; automáticamente, el maestro supo que había sido el Jinchuriki.

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**Más tarde, en la oficina del Hokage.**

"toc toc"

—Pase...— dijo Hiruzen.

En ese momento, entró un Chunin; este tenía una banda ninja que cubría su cabeza como un gorro, uniforme ninja y un cigarrillo...

Hiruzen al instante pudo notar dos cosas que le decían lo que venía a pedir...

Lo primero era un rostro de enojo con los ojos como platos, junto a un aura oscura y una gran vena remarcada en la frente...

Lo segundo es que literalmente traía a Naruto colgado de su mano; el niño tenía varios chichones en la cabeza y una cara nerviosa al ver al anciano.

—¡Hokage-sama!— exclamó el Chunin.

—Sí... Ya sé...— contestó el antes de suspirar.

—Jeje...— Naruto rió nervioso mientras que Hiruzen le dedicó una mirada de "¿Usted no aprende, verdad?".

—Puedes retirarte, Ashiki... Yo me encargo— declaró el Hokage, mientras solo podía pensar... —Mierda... Reprobará otra aula... Esta vez ni siquiera terminó el semestre...—

Naruto rió un poco antes de correr por la oficina, tomando una silla y colocándola frente al escritorio, donde se sentó.

—¡Viejo! ¿Podemos ir a comer ramen? Supongo que cambiaré de maestro pronto, ¿no sería bueno brindar?— bromeó Naruto con su sonrisa, a lo que Hiruzen suspiró.

—Ay dios... No sé qué voy a hacer contigo...— pensó él, para luego mirar al Jinchuriki.

El Hokage lo miró detenidamente.

—Es muy hiperactivo... Hace todo esto porque está solo... Pareciera que no está aprendiendo nada de las clases... Pero... Sí lo hace, lo he visto ir al bosque a cazar alimento, entrenando por su cuenta o incluso leyendo en su casa uno que otro pergamino... Incluso en sus bromas demuestra habilidades como camuflarse, cardio y agilidad... Hace lo que puede para ser un mocoso... En verdad ha progresado, pero él mismo se auto-sabotea en la academia y los profesores no es que le tengan mucho cariño o paciencia... Ni siquiera tiene amigos...— pensó el Hokage con mucha resignación.

Equipo SenninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora