28 [Destino de una renegada]

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Las últimas dos semanas de entrenamiento pasaron con rapidez, donde los genin se prepararon lo mejor posible, dando todo de sí en el entrenamiento.

Finalmente, el día de la tercera fase llegó...

....

Naruto y Hinata se encontraban en el apartamento, donde ambos estaban en silencio, sentados a la mesa, cada uno con un tazón de arroz.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Naruto, rompiendo el silencio.

Desde que se habían despertado, las interacciones habían sido escasas. No es que estuvieran enojados o distantes a propósito, simplemente la situación los dejaba preocupados.

Hinata suspiró antes de contestar.

—¿Crees que podamos vencerlos realmente? —contestó ella, mostrando preocupación en la voz.

Naruto rió al oír aquello.

—Sinceramente... No estoy seguro de eso. Hemos entrenado y practicado lo mejor posible, incluso metodologías a seguir en combate... Pero no sabemos qué tan fuertes se habrán hecho ellos en este mes —contestó Naruto, a lo que Hinata agachó la cabeza.

Sin embargo, el rubio colocó su mano sobre su cabeza.

—Da igual, demos nuestro mejor esfuerzo y hagamos todo lo posible por ganar. Yo creo en ti.

Hinata sonrió al escucharlo.

—Gracias, Naruto.

—¡Por cierto! Te conseguí algo para la ocasión —dijo Naruto antes de correr a la cama. De debajo de ella sacó una pequeña caja y la llevó a la mesa, donde se la entregó a Hinata.

La Hyuga la tomó con curiosidad.

—¿Un regalo?...

—Jeje... Sí, ábrelo.

Ella sonrió antes de abrirla. Al llevar sus manos al interior, pudo sentirlo... Era tela, la cual levantó con cuidado mientras la percibía atentamente... Era una chaqueta.

—Jejeje... Qué malo eres, Naruto. Sabes que no puedo ver de qué color es ni cómo se ve, aun así... Apuesto a que debe ser muy bonita. Te lo agradezco —dijo ella antes de abrazarlo.

Naruto solo rió antes de contestar.

—Es blanca, ese color debe quedarte bien.

Hinata solo sonrió mientras se la colocaba. Le quedaba perfecta y era cómoda.

—Oye... ¿Qué tal si hacemos una promesa? —preguntó el rubio, a lo que ella sonrió.

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Más tarde...

Nos transportamos a lo que parecía un gran coliseo en la zona central de Konoha...

Mucha gente estaba llegando para presenciar el evento, en su mayoría personas del País del Fuego: aldeanos, ninjas, el mismísimo Daimyō.

La gente se sentó emocionada en las gradas, mientras que en medio del coliseo se podía ver al ninja encargado, Hayate Gekko.

Detrás del ninja, se podían apreciar a los candidatos, quienes estaban alineados... Todos, excepto uno...

—Aún no llegas... ¿Sasuke? —pensó Hinata mientras sentía su entorno.

—Más le vale llegar... Y tampoco hay rastro de Kakashi-sensei... —pensó Naruto, frunciendo el ceño.

Hayate tosió para llamar la atención de los genin.

—Muy bien, todos ustedes miren de frente al público. Ustedes son los protagonistas de esta fase —declaró el examinador.

Equipo SenninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora