𝟎𝟎𝟕 - 𝘼𝙗𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙𝙤𝙨𝙚

92 12 4
                                    

- VII -

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- VII -

─Diablos─ se quejó Negai mientras llevaba una mano a su pecho, justo en su corazón. ─No debí tomarme esa botella de vino...─ murmuró para sí misma caminando por las calles de la ciudad.

Negai caminaba por la acera, maldiciendo en voz baja mientras el alcohol que había tomado empezaba a hacer efecto en su cuerpo y sobre todo en su corazón. Su paso era inestable, tambaleante, y de vez en cuando se detenía para recuperar el equilibrio.

Es curioso cómo el alcohol puede transformarse en el peor confidente, ¿no? Aunque, en el caso de Negai, parece que ha hecho de la bebida su compañera habitual.

Lo cierto es que cuando te apoyas demasiado en algo, acabas viendo lo que quieres oír, en lugar de lo que realmente necesitas.

─Debí haberme quedado en la base, no ir a ese estúpido bar... tonta Negai─ se regañó a sí misma, recordando la noche que había pasado con unos borrachos en un bar cercano, intentando olvidar sus problemas aunque fuera por un rato.

Negai era una joven con una dualidad marcada en su personalidad. A primera vista, su apariencia frágil y su mirada tímida sugerían una vulnerabilidad que muchas veces la hacía parecer inofensiva.

Era una persona extremadamente amable, siempre dispuesta a ayudar a los demás, incluso a costa de su propio bienestar. Pero esa misma amabilidad la llevaba a involucrarse en situaciones complicadas, como su relación con Dabi y Shigaraki. Aunque sabía que eran tóxicas y peligrosas, se aferraba a ellas, buscando un sentido de pertenencia y aceptación.

En su interior, lidiaba con una tormenta de contradicciones que definían su vida.

Odiaba la sangre y todo lo que tuviera que ver con la violencia, pero al mismo tiempo, había algo en el olor metálico de la sangre que la fascinaba, una atracción morbosa que no podía explicar.

Solía decir que nunca caería en una adicción a las drogas, que era demasiado fuerte para eso. Sin embargo, ya había sucumbido al alcohol hacía mucho tiempo, utilizándolo como un escape.

Mientras caminaba, sus pensamientos se entrelazaban con los recuerdos de su pasado, su infancia rota y las promesas que se había hecho a sí misma de nunca caer en los mismos errores que había visto en los demás.

La noche era fría, y Negai se abrazó a sí misma, sintiendo el aire helado contra su piel. Observó los rascacielos, los edificios, los hoteles a su alrededor, admirando su belleza y sus luces, que parecían competir con las estrellas. Cada edificio iluminado le recordaba lo insignificante que se sentía a veces en medio de la vastedad de la ciudad.

Se acercó a una parada de autobús, la luz del techo parpadeaba de vez en cuando, dándole un aura de soledad y melancolía.

Se sentó en la banca, el metal frío atravesando la tela de su ropa y enviando un escalofrío por su espalda.

𝐈𝐍𝐂𝐋𝐔𝐒𝐎 𝐒𝐈 𝐌𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐒 | HawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora