𝐄𝐍 𝐔𝐍 mundo dividido por la lucha entre el bien y el mal, el héroe numero dos de Japón recibe una misión insólita: infiltrarse en la base de los villanos y seducir a la villana más vulnerable para extraer información crucial. Con una estrategia...
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- XX -
Hawks y Negai estaban en el sofá de una de las salas de descanso viendo una película, un lugar donde las luces tenues y el ambiente tranquilo parecían aislarlos del resto del mundo. Hawks besaba a Negai suavemente, sus labios moviéndose con una tranquilidad que contrastaba con la agitación de sus pensamientos. Mientras sus manos acariciaban su cintura, él estaba inmerso en un dilema: cómo sacar información sin levantar sospechas.
Los besos se hicieron más profundos, pero no apresurados. Hawks sabía que tenía que jugar sus cartas con cuidado. Mientras sus labios recorrían los de Negai, su mente trabajaba en cómo abordar el tema. La sala de archivos que había visto anteriormente le había intrigado. Sabía que tenía que acceder a ella para cumplir con su deber, pero hacerlo sin despertar la desconfianza de Negai requería sutileza.
Se separó ligeramente, apenas unos centímetros, lo suficiente para mirarla a los ojos. ─¿Sabes, cariño? Este lugar tiene tantos rincones interesantes... Me pregunto qué más secretos guarda la Liga─ comentó, su tono ligero y curioso, como si solo estuviera haciendo una observación casual. Mientras tanto, una de sus manos jugueteaba con un mechón del cabello de Negai, en un intento por mantener la atmósfera íntima y despreocupada.
Negai, relajada bajo sus caricias, sonrió levemente, sin captar la dirección de sus pensamientos. ─Sí, hay mucho por descubrir aquí... Pero algunos secretos son mejor guardados─ respondió ella, sus palabras cargadas de un tono enigmático que hizo que Hawks levantara una ceja, curioso.
El silencio en la sala era cómodo, roto solo por el sonido suave de la respiración de ambos y la película de fondo. Hawks, con su mente siempre trabajando en múltiples niveles, había dejado que ese silencio se asentara entre ellos, sabiendo que Negai, confiada y cómoda en su presencia, sería más receptiva para hablar. Sentía el peso de su cuerpo relajado contra el suyo, su calor una dulce contradicción al frío que solía emanar de ella cuando usaba su quirk.
─Negai, preciosa...─ su voz se deslizó suavemente, cargada con un tono que mezclaba ternura y curiosidad.
Ella respondió con un simple ─¿Sí?─ girando ligeramente su cabeza para mirarlo, sus ojos llenos de una mezcla de interés y afecto.
─Hace poco... vi que había una habitación llamada... ¿sala de archivos?─ continuó, acercándose más a su cuello, su aliento cálido acariciando la piel sensible allí. Hawks sabía lo que hacía; podía sentir el pequeño escalofrío que recorría su cuerpo al sentir su cercanía, el latido acelerado de su corazón. Negai asintió, su forma de hacerle saber que lo escuchaba. ─En el lobby, ya sabes─ añadió Hawks, como si fuera un comentario casual. ─Y bueno... me preguntaba qué guardan ahí.
Negai soltó una risita, una melodía suave que resonó en el aire entre ellos. ─Archivos, obviamente─ respondió, su tono burlón, pero ligero. Esa risa, aunque pequeña, parecía disipar cualquier tensión que pudiera haber existido. Pero Hawks no se dejaría desviar tan fácilmente.