𝐄𝐍 𝐔𝐍 mundo dividido por la lucha entre el bien y el mal, el héroe numero dos de Japón recibe una misión insólita: infiltrarse en la base de los villanos y seducir a la villana más vulnerable para extraer información crucial. Con una estrategia...
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Era una tarde nublada; el sol estaba oculto tras nubes grises y opacas, anunciando la inminente llegada de la lluvia. La humedad en el aire era palpable, creando una atmósfera pesada que parecía reflejar el estado emocional de Negai. Es curioso cómo el clima puede coincidir tan perfectamente con nuestro estado de ánimo, ¿verdad? La grisura del cielo y la sensación de que la lluvia está por venir capturan a la perfección la tensión y el malestar que Negai está sintiendo en ese momento. A veces, el mundo exterior parece alinearse con lo que llevamos dentro, como si la naturaleza misma estuviera en sintonía con nuestras emociones.
Negai estaba en el centro de la ciudad, observando a los transeúntes desde un callejón aislado. La calle estaba llena de personas que se movían apresuradas, tratando de llegar a sus destinos antes de que comenzara a llover. La mezcla de luces de los faroles y las tiendas iluminaba la escena con un brillo grisáceo, que aumentaba con la oscuridad del callejón donde ella se encontraba.
Había salido a comprar una botella de vino, y en ese mismo momento se la había acabado. Sentía un ligero mareo, pero aún era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Se apoyó en la pared del callejón, sintiendo el frío del concreto a través de su ropa mientras el vino hacía su efecto.
Sí, otra vez Negai y sus problemas con el alcohol. Parece que es un ciclo difícil de romper para ella. Si tan solo Dabi se enterase que Negai volvió a recaer... La reacción de Dabi podría ser explosiva, considerando cuán protector y posesivo se ha mostrado con Negai
─¿Debería ir a comprar otra?─ se preguntó en voz baja, eructando suavemente debido al alcohol.
Justo en ese momento, un camión pasó por la calle, deteniéndose en la parada de autobús que estaba frente al callejón. Era uno de esos camiones publicitarios, con letreros y anuncios brillantes en las ventanas y alrededor del vehículo. Las luces del camión parpadeaban, atrayendo la atención de los transeúntes.
Lo que llamó la atención de Negai fue el anuncio que estaba en el camión. Era de una agencia de modelaje, y el modelo no era otro que Hawks. Su imagen estaba en todas partes: sonriendo con esa expresión encantadora que solía usar, posando de manera elegante y confiada. La foto mostraba su rostro perfectamente esculpido, sus ojos brillantes y su cabello rubio desordenado de manera atractiva.
Negai sintió una punzada en el pecho al verlo. ─¿Por qué tiene que aparecer en todas partes?─ murmuró para sí misma, sintiendo una mezcla de celos y admiración.
A pesar de su mareo, no podía dejar de mirar la imagen de Hawks. La admiración que sentía por él se mezclaba con la frustración de sus propios sentimientos no resueltos.
El camión arrancó nuevamente, alejándose y llevándose la imagen de Hawks con él. Negai se quedó mirando la calle vacía por unos momentos, perdida en sus pensamientos. Suspiró y se apartó de la pared, caminando lentamente hacia la tienda más cercana. El mareo empezaba a desvanecerse, pero la sensación de vacío en su pecho seguía presente.
