Era un día lluvioso, alrededor de las seis de la tarde.
El cielo estaba completamente nublado, cubierto por un manto gris que parecía fundirse con la lluvia interminable. Las gotas caían pesadas y decididas, golpeando el tejado de la casa con una cadencia monótona y persistente, como si quisieran marcar un ritmo en la serenidad del entorno. Cada impacto se mezclaba con los estruendos de los truenos que resonaban en el horizonte, una sinfonía perturbadora que retumbaba a través del aire cargado de humedad, aumentando la sensación de opresión en el ambiente.
Dentro de la casa, los sonidos de la tormenta eran apenas un murmullo en comparación con el tumulto interno. Los gritos de Shoto, llenos de frustración y agotamiento, se alzaban por encima de todo. Estaba inmerso en su sesión de entrenamiento con su padre, el mismo hombre que había moldeado tanto el carácter como el destino de sus hijos. Los ecos de los golpes y las órdenes severas de Endeavor se entrelazaban con el retumbar de los truenos, creando una atmósfera tensa y asfixiante.
Negai estaba sentada en la sala, un espacio que una vez solía estar lleno de risas y conversaciones animadas, ahora sombrío y silencioso. Las sombras, proyectadas por la luz tenue de las lámparas, apenas lograban atravesar la penumbra que se cernía sobre el lugar. El ambiente era un reflejo de la tristeza que se había instalado en su corazón.
En sus manos, sostenía una foto de Toya. Los bordes estaban desgastados, marcados por el tiempo y el constante manejo. La imagen, aunque descolorida, todavía mostraba la cara de su hermano, un recordatorio constante de lo que había perdido. Encendió un poco de incienso, el humo comenzando a elevarse en espirales lentas. Lo colocó cerca de la foto, permitiendo que el aroma dulce y calmante llenara el aire.
Ese aroma era uno de los favoritos de Toya, y ahora servía como un vínculo con su memoria. Mientras el humo danzaba en el aire, Negai se encontraba inmersa en recuerdos de los momentos compartidos con él. Las risas y las bromas, las peleas y las reconciliaciones, todo lo que alguna vez llenó sus días y creó un tejido de cariño y complicidad. A pesar de todo, esos recuerdos se habían desvanecido hace ya tres años, dejando un vacío insuperable que parecía estirarse más con cada día que pasaba.
La sala, con su atmósfera cargada de nostalgia y pérdida, se convirtió en el refugio de sus pensamientos y anhelos, un lugar donde el tiempo se había detenido para ella, en espera de un consuelo que nunca llegaba.
De fondo, Negai podía oír a Shoto llorar. Su llanto era desgarrador, una manifestación palpable del dolor y la desesperación que todos sentían. Cada sollozo, mezclado con los gritos de su padre durante el entrenamiento, le recordaba la carga que cada uno llevaba. A pesar de la tormenta emocional que la rodeaba, sus pensamientos se aferraban a Toya. Recordaba cómo solían correr por el jardín, mojándose con la lluvia y dejando atrás cualquier preocupación, disfrutando de una simplicidad que parecía tan lejana ahora.
De pronto, sintió una presencia detrás de ella.
Su piel se erizó, pero no volteó. Pensó que tal vez era simplemente la tensión acumulada en el hogar o algo mental, un reflejo de su agitación interna. El aire a su alrededor se volvía más denso, cargado de una energía inquietante que se mezclaba con el aroma del incienso. Decidió ignorarlo, convencida de que no era más que su mente jugando con ella. Se levantó lentamente, dejando la foto y el incienso en su lugar, y se dirigió hacia la salida de la sala. Esperaba que el movimiento la ayudara a despejar la mente y a escapar de la sombra que parecía seguirla.
A medida que caminaba por los pasillos de la casa, cada paso resonaba en la madera, el sonido retumbando en el vacío que había dejado la ausencia de Toya. El olor a tierra mojada, arrastrado desde el exterior, impregnaba el aire, recordándole la tormenta que arremetía más allá de las paredes.
ESTÁS LEYENDO
𝐈𝐍𝐂𝐋𝐔𝐒𝐎 𝐒𝐈 𝐌𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐒 | Hawks
Fanfic𝐄𝐍 𝐔𝐍 mundo dividido por la lucha entre el bien y el mal, el héroe numero dos de Japón recibe una misión insólita: infiltrarse en la base de los villanos y seducir a la villana más vulnerable para extraer información crucial. Con una estrategia...