Camino de un lado a otro esperando noticias de Yuk Bary, lo que dijo Catalina hace unas horas me espanto por completo las ganas que tenía de hacer alguna travesura para desquitarme de Azael, en su lugar me tocó calmar a Amira y fingir agotamiento para hacer que me trajeran de regreso a mi casa, a pesar de la incredulidad de mi esposo que evidentemente esperaba que hiciera de las mías accedió a traerme, al llegar de inmediato escribí a los allegados a mi familia, ellos deben estar al tanto de los pormenores, también le escribí a mi primo pero desgraciadamente hace días no sé donde se encuentra, hice que llamarán al Príncipe Xavier para conversar de esto con él y en un momento hablaré con Azael, supongo que la paliza que le dio el Rey a la muy maldita fue por muchas cosas acumuladas, la gota que rebosó el vaso fue la ejecución del primo de Catalina.
―Si no hay noticias es porque son buenas noticias ―Me digo en un intento por convencerme, pensé que sería buena idea enviar la cabeza de la serpiente al Rey de Yuk Bary para que lo tomará como un regalo, para nadie es un secreto lo mucho que la Reina ama a ese maldito animal pero luego de considerarlo me di cuenta que era mala idea, comparar al sobrino del Rey con una serpiente no es nada sensato pero entonces ¿Qué hago?
―Mi señora ―Zamira ingresa a mis aposentos con el triunfo marcado en su semblante ―La situación de los Duques del Alba se solucionó ―La joven prepara las cosas para mi aseo sin darse cuenta de que no tengo ni idea de qué está hablando, hablé con Jenny hace días de lo que sucedía con los Duques, le pedí que indagara en el asunto pero no sé si lo hizo ―Su intervención fue acertada, los amigos de la Reina no le son tan leales, y saber sus secretos ayudó a nuestro favor ―Asiento comprendiendo por donde viene, agradezco en silencio a Jenny por esto, no había tenido tiempo de pensar en mis amigos, gracias a ella la pesadilla de mis amigos fue solucionada y los idiotas que le estaban haciendo la guerra lo pensarán dos veces antes de dirigir sus malas intenciones hacia Lady Dana y su esposo, eso les dará tranquilidad a los Duques, esa familia se merece la gloria, paz, y mientras pueda los ayudaré a encontrarla ―Por otro lado quería informarle que la Reina ya recibió su regalo ―Asiento dejando que prosiga ―Hallamos a un sobrino de la Reina, ella lo salvó de la muerte ―Muy conveniente, pienso ladeando la cabeza esperando con el estómago en un nudo a que termine de hablar ―Es hijo del hermano de la Reina ―La compresión me embarga ―Él también cometió serios delitos contra el Rey, tengo entendido que al mismo Príncipe lo lastimó cuando eran niños ―Eso enciende mi curiosidad pero no pregunto, no es el momento para hacerlo ―La Reina lo tiene resguardado como campesino mientras lo sacan de Carohana ―Trago grueso consternada por lo que pasa por mi mente ―¿Desea que lo capturemos?
―Si ―Respondo sin aliento, puede que el muchacho sea un criminal, pero... ¿Acaso seré inocente de mis futuros crímenes?―Que alguien lo capture y lo lleve de inmediato ante el Rey de Yuk Bary ―Respiro hondo ―Informen que es un intercambio, que el Rey tiene todo el poder de decidir qué hacer con él, también haz saber quién envió el detalle.
―Así se hará Alteza ―Siento ardor estomacal ―Mi señora ―Parece que se percató de mi malestar ―Usted está haciendo lo que debe hacer ―La joven acaricia mi espalda ―Es su deber hacer lo necesario para que Baneva y su familia permanezcan a salvo, cuenta con mi total apoyo para hacerlo.
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La maldición del Príncipe
Historical Fiction¿Qué puede ser peor? ¿Que te rompan el corazón o que quieras retornar a cómo de lugar a tu verdadera vida? Creo que ambas. El hombre que amo me odia tanto que hasta que me quiso muerta, la vida que vivo sigue sin ser la mía y el mundo en el que est...