Capitulo 1 Un latido de auxilio.
Dos días encerrada en esté horrible lugar me han dado tiempo suficiente para pensar, para analizar la temible pesadilla que estoy por vivir, muchas veces desee morir para ver si así podría volver a mi propia vida, un deseo que era una simple hipótesis sin fuerza alguna que me convenciera de atentar contra la vida de un cuerpo que desde hace mucho comencé a sentir como mío y a su vez empecé a sentir a los familiares de la verdadera Azura como propios, se volvieron tan cercanos que mi empeño en protegerlos son sorpresivamente más importantes que mi propia vida.
Hace un par de horas dejé de pensar en Azael y en lo que me hizo sentir, decir que la decepción superó con creces a la noche que lo escuché hablando de sus verdaderas intenciones seria poco, hace tiempo venia sintiendo poco, nada, ahora que vi con mis propios ojos sus deseos de verme muerta me temo que no siento nada... realmente me mató, no literal pero si emocional, el Príncipe mató lo que sentí por él.
―Sophía ―Petrificada por la mención de mi verdadero nombre me giro lentamente soltando el aliento ante la visión del Profeta que trae en sus manos una caja de madera ―Debí imaginar que algo así sucedería ―Suspira ordenando al guardia con la mirada que abra la puerta ―¿Alguien se preocupó por alimentarla? ―Niego empuñando mis manos para no arrojarme sobre él y matarlo aquí mismo ―Lo lamento ―Parece leerme el pensamiento ―Sabia que sería difícil pero jamás imaginé que usted se enamoraría de él.
―Es muy tarde para disculparse ―Siseo secando con rabia las lágrimas que bajan por mis mejillas ―Tanto tiempo buscándolo para que me devolviera a mi vida y mire, estoy a punto de morir en una que no es la mía.
―Haré lo posible por ayudarla ―Promete sacando de la caja de madera unos platos con humeante comida en su interior, mi estómago gruñe en el acto, desde que me trajeron no he bebido ni comido nada ―Coma ―Señala la comida sobre la sucia mesa frente a él, sin miramientos y llevada por el hambre agarro el plato y como al punto de atragantarme con el arroz ―Hay algo bueno en todo esto ―Sonríe con alivio ―El Conde no es su padre, si ellos se ven involucrados usted no tendrá razones para protegerlos ―Tiro el plato con el restante de comida a la mesa ―Ellos no son su familia ―Aclara extrañado por mi reacción ante sus palabras, el hombre no me conoce, a lo mejor sabrá de mí por lo que le han dicho y estoy segura que en lo poco que le habrán hablado de mí le debieron mencionar con énfasis lo protectora que soy, sé bien que no pertenezco a la familia del Conde, al menos no mi conciencia pero si el cuerpo que por culpa del hombre frente a mí, poseo.
―Desde el instante en que usted me obligó a vivir aquí ―Señalo el cuerpo de Azura ―Ellos formaron parte de mi familia, tenga en cuenta que me importa poco si muero o no, no me pondré por sobre ellos, Azura los necesitará cuando vuelva y yo haré todo lo posible porque estén bien y sanos hasta entonces.
El anciano respira exasperado para luego entregarme un poco de agua que trae en su cantimplora de cuero marrón, la bebo sin dudarlo.
―Mucho me temo que si insiste en protegerlos será inútil, ellos son desechables, en cambio usted...
―¡Cierre la boca! ―Seco mi boca con el dorso de la manga de mi vestido ―Jamás le pedí que me trajera aquí, ni loca lo habría hecho, ahora no se atreva a exigirme o a pedir nada ―Siseo devolviendo la cantimplora ―Haré todo lo posible por cuidar de ellos, y usted hará su parte trayendo de vuelta a Azura.
―Eso no sucederá ―Afirma impasible ―Usted es ahora ella, acostúmbrese.
―No lo haré ―Espeto clavando la mirada en él ―Azura deberá volver y yo a su vez regresaré a mi vida ―Digo retándolo a decir algo que me contradiga en mi decisión ―Ya viví suficiente de esté sueño, no necesito prolongarlo más tiempo.
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La maldición del Príncipe
Narrativa Storica¿Qué puede ser peor? ¿Que te rompan el corazón o que quieras retornar a cómo de lugar a tu verdadera vida? Creo que ambas. El hombre que amo me odia tanto que hasta que me quiso muerta, la vida que vivo sigue sin ser la mía y el mundo en el que est...