Capitulo 39 Familia fragmentada.
―Amira ―Corto la distancia entre nosotras y estrecho sus manos entre las mías ―Estaré bien ¿De acuerdo? ―Intento ser lo más sincera posible para que lo perciba y suspenda su preocupación, nada evitará que deje a mi esposo por mucho que justo ahora quiera golpearlo repetidamente con un zapato de madera por lo que hizo ―Hay asuntos que ameritan nuestra atención absoluta, la carta que recibió nuestro padre requiere importancia, puede que sea la prueba que necesitamos para comenzar con la investigación para encontrar a los responsables.
―¿Y dónde está la carta?
―No lo sé ―Respondo ojeando una vez más mis aposentos ―La perdí la noche que Sir Martín me hirió, debe estar aquí.
―Debes hacer que la busquen, si cae en las manos equivocadas podría empeorar la situación ―Comprendo su preocupación, pero no creo que esa simple carta influya en esto, algo me dice que Padre accedió guiado por otra cosa y no por esa maldita carta ―Debes darle importancia a esto ―Insiste ―No debemos dar oportunidad a que se te cuestione otra vez, aunque todos saquen sus cálculos y entiendan que estabas en cama esos días nada evitará que manipulen la situación ―Maldigo al palacio y a todos en su interior, mi joven hermanita, la niña inocente luce como una mujer decidida, preparada para las conspiraciones y dispuesta a atacar en cualquier momento ―Por ahora la Reina está controlada, algo serio le descubrió el Rey, de lo contrario nada explica su actitud sumisa los últimos meses ―En eso concuerdo con ella ―Que partiese al convento sin oponer resistencia dejó a más de uno sin habla, me temo que algo está tramando, ella más que nadie odia al Príncipe Azael y que tú intervinieras en el juicio complicó mucho las cosas ―Siento que me está reclamando ―Eres muy impulsiva ―Suspira ―Confío ciegamente en ti, sé que si haces algo es por algo, pero Azura... no te descuides, aprende a cuidar de ti así como lo haces con los demás.
―Ya he escuchado eso antes ―Por el rabillo del ojo veo a Zamira que carga al bebé en brazos, a Jenny a su lado y ambas nos están viendo mientras hablamos del tema ―Necesito hablar con mamá ―Cambio el tema por algo más prioritario, mi tiempo aquí se agota y no puedo irme sin hablar con ella ―Jenny, ve al dispensario y encargate de que todo quede perfecto, verifica lo que falta en una lista, también ve al Refugio, quiero que la señorita Maggie te entregue las solicitud de adopción, los libros de contabilidad y los nuevos ingresos de niños.
―Lo haré Alteza.
―Zamira, ve por mamá ―Recibo al bebé en mis brazos para que ella se marche a cumplir mi pedido ―Debemos conversar con ella de esto, ella debió hablar con papá antes de que él se marchará.
―¿La harás saber que lo sabes? ―Le respondo con un sutil movimiento de mi cabeza ―Creí que no querías que lo supieran.
Suelto un hondo suspiro cargado de resignación, mamá ya sabe que lo sé, confirmarlo no es más que una comprobación de que es real tan despreciable situación.
ESTÁS LEYENDO
La maldición del Príncipe
Ficción histórica¿Qué puede ser peor? ¿Que te rompan el corazón o que quieras retornar a cómo de lugar a tu verdadera vida? Creo que ambas. El hombre que amo me odia tanto que hasta que me quiso muerta, la vida que vivo sigue sin ser la mía y el mundo en el que est...