Capitulo 8
Parte de un sueño.―Es por eso que odio llorar ―Me digo avergonzada por lo que acaba de suceder, me sentí tan superada por mis emociones que no me pude controlar, no pude ocultarlo por mucho que todos estos días lo intenté ―Lo siento ―Lamo mis labios alejándome un poco de él, el hombre cuyos brazos parecen haberse convertido en un escudo que me protegerá del mundo ―Usted me trajo para que me distrajera y yo...
―Azura ―Posa su mano en mi barbilla haciéndome alzar el rostro hacia él, seca la lágrima que rueda por mi mejilla ―Soy yo quien tiene que disculparse contigo ―Su gesto luce torturado, arrepentido ―Verte así me esta matando ―Quiero, pero por alguna maldita razón no puedo dejar de llorar ―Si tuviera el poder suficiente, retrocedería y te evitaría todo esto, te convencería de ser mía antes de la boda y te llevaría lejos de aquí ―Cierro los ojos con pesar permitiendo que el desasosiego, la tristeza embargue por completo mi pecho ―Por ti estoy dispuesto a renunciar a todo.
Me alejo un poco quitando su mano de mi barbilla, sin embargo su brazo no me deja ir.
―Ay Alteza ―Suspiro temblorosa sin poder aún controlar los espasmos consecuencias del llanto ―Si pudiese devolver el tiempo evitaría siquiera atravesarme en su camino...
―Eso no ―Avanza el paso que había retrocedido para alejarme ―No, no digas eso, sé que me odias, que verme te recuerda el maldito infierno que viviste pero Azura... ―Se inclina para quedar casi a la misma altura pero no lo logra, es tan alto que tendría que subirme a una silla para poder alcanzarlo ― Te lo ruego, sé que lo superaremos.
―¿Superarlo? ―Niego apartando la mirada de sus ojos llenos de desesperación ―¿Por qué razón superaríamos esto juntos? ―Mi estómago se anuda ―Alteza ―Poso mi mano en su mejilla esbozando una tenue sonrisa ―Necesito que deje de culparse, créame, la culpa no es razón suficiente para que se obligue usted a estar conmigo ―El lacayo de Azael viene corriendo hacia nosotros ―No me aprovecharé de la situación ―Niego sorbiendo mi nariz ―Esto que ocurrió debe servirnos de lección ―Vuelvo a suspirar ―Quiero que sepa que lo perdono y que le agradezco por haberme abierto los ojos ―Trago grueso queriendo apartar la sensación de ardor en mi garganta, una que no se va ―Sabia que no era un cuento de hadas ¿Sabe? ―Niega ―Antes de siquiera saber que era usted el hombre de aquella madrugada, sabia que lo mejor era mantenerme al margen en los asuntos de la corona, mientras que todas soñaban con desposar a un Príncipe, yo quería ocuparme de los niños ―Vuelvo a sonreír ―Todas hablaban de ropa y yo no hacia más que leer libros de hiervas medicinales ―Doy media vuelta para apreciar la belleza ante nosotros ―Mucho antes de llegar aquí sabia que formar parte de la realeza no era la mejor de las ideas, siempre sentí pena por esas mujeres de historia, todas ellas con una vida cargada de penas, angustias, privaciones y conspiraciones ―Seco mi mejilla derecha ―Estaba segura que cualquier dama que desposara a un Príncipe viviría exactamente así...
―No permitiré... ―Cierra la boca, es como si se hubiese dado cuenta que es imposible evitarlo ―Ven conmigo ―Pide tomándome por sorpresa ―Renunciemos a esto, dejaré todo ―Su pedido me asusta, no es que no quiera hacerlo pero... él no me ama y yo no quiero obligarlo a nada, además, no puedo dejar atrás a mi familia, a los refugios, no puedo ignorar que en algún momento volveré a mi verdadera vida, si acepto lo condenaré y no seremos felices, llegará el momento en que nos señalemos por todo esto, tengo mucho que reprochar, mucho que reclamar, y él tendrá también sus argumentos a la hora de señalarme, estoy segura que en algún momento me señalará como la culpable de su amargura ―Azura... si vienes conmigo... no importa a dónde, yo sólo quiero estar contigo.
Niego, no puedo hacerlo, por más que quiera, que muera por hacerlo no puedo.
―Ya se lo dije Alteza ―Se me escapa un sollozo ―La culpa no es razón de peso para estar con alguien a quien no amamos.
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La maldición del Príncipe
Historyczne¿Qué puede ser peor? ¿Que te rompan el corazón o que quieras retornar a cómo de lugar a tu verdadera vida? Creo que ambas. El hombre que amo me odia tanto que hasta que me quiso muerta, la vida que vivo sigue sin ser la mía y el mundo en el que est...