Pijamada de improntas

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°•°•°•"El secreto, querida Alicia, es rodearte de personas que te hagan sonreír el corazón"•°•°•°
Lewis Carroll

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Estos días han pasado entre las clases, estar con la manada y los chicos cuidando a Bella, afortunadamente no le ha pasado nada, pero es raro, se siente como la calma antes de la tormenta.

Hoy al ser viernes, con las demás improntas organizamos una pijamada en casa de Emily, Sam se va a quedar con Paul; y Kim Claire y yo nos quedaremos con Emily.

Pero como eso ya es más tarde, por los momentos solo tengo que preocuparme en no llegar tarde a clases.

Estaba intentando armar mi mochila lo más pronto posible y escuché una bocina afuera de la casa.

— Ya voy — grité ya que sabía que Paul me escucharía, ya que Sam dijo que tenía cosas que hacer y no podía llevarnos hoy, Paul se ofreció a pasar por mi.

Salí de la casa con mi mochila y las llaves en la mano, me despedí de papá y cerré la puerta detrás de mi.

— Hola lobo gruñó — saludé a Paul al verlo recargado en su motocicleta.

— Si sabes que aún puedo dejarte verdad — me dijo dándome un casco — y hola.

— Sé que no lo harías — nos subimos en la motocicleta — cuando vas a enseñarme a conducir.

— No creo que Jacob esté de acuerdo con que aprendas — me dijo mientras aceleraba un poco —  si cuando cumplas los quince aún quieres aprender, te enseño.

— Falta mucho — le dije — pero está bien, no quiero que te metas en problemas.

Luego de unos minutos llegamos al instituto y cada uno se fué a su clase o en mi caso a mi casillero, tenía que buscar unas cosas y como no ví a los chicos supuse que ya estaban en el salón.

Fui a mi casillero busque las cosas que necesitaba y guardé otras, no me apresuré mucho ya que mi casillero está bastante cerca de mi salón.

Cerré la puerta de este para dirigirme a la clase pero por andar de distraída choque con alguien.

— Lo siento mucho, a veces soy muy distraída — me disculpé con la chica y levanté la mirada para verla, era raro jamás en mi vida la había visto.

— Está bien, me pasa lo mismo — se rió un poco, se sentía extrañó, como si no debiera escuchar su voz, como si no estuviéramos en el pasillo pero al mismo tiempo si.

— Eh, mi nombre es Elizabeth — me presenté esperando que me dijera su nombre, no había escuchado de la llegada de nadie a la reserva, se veía como alguien nativa de aquí.

— Un gusto, mi nombre Sophia — me tendió la mano y la estreché — lo siento pero debo irme, mi hermano me espera.

— Claro, fue un placer Sophia — ambas nos despedimos, ella se fue asía la salida y yo entre a mi salón, de dónde juraría haberla visto salir.

— Hola chicos — los saludé cuando entre al salón y me senté junto a Seth — juraba que iba a llegar tarde.

— Si nosotros también — me contestó Collin — por cierto, quiero que sepas que aún me siento muy molesto por el cambio de asientos.

La pequeña Black| Seth Clearwater Donde viven las historias. Descúbrelo ahora