ÁNGELA
Cinco años después
Mis tacones sonaban por la mansión de Samara. Me mudé con Connor, pero iba cada mes a ver a mi padre y nos quedábamos una semana.
Me giro para ver a Connor con Alaia, mi hija. La llamé así porque su nombre significa "Felicidad" y ella alegró nuestras vidas con su llegada.
—"Mami".
Ella grita corriendo hacia mí. Tiene cuatro añitos y pronto cumplirá cinco.
Me arrodillo.—"Cariño mío".— La abrazo cuando llega a mí.
—"Por fi, dile a papi que no sea malo".
Miro a Connor.—"¿Qué le hiciste?".
—"Nada, lo juro".— Él habla haciendo una cruz con sus dedos en el corazón.
—"Connor".
Digo su nombre enojada para que vea que no le creo.
—"Bien, ella quiere ir a un cumpleaños de un amigo de la escuela".
—"¿Y qué tiene eso de malo?"
—"¿Qué pasa si ese niño se enamora de ella? No irá, y punto. Mi hija no necesita otro hombre en su vida, solo yo".
Me levanté y agarré la mano de Alaia. Caminé hasta estar frente a Connor y subí mi mirada para encontrarme con sus ojos.
—"Por Dios, es un cumpleaños de niños; habla como si Alaia estuviera 15 años".
—"Igual es mejor prevenir desde pequeña".
—"Por fi, mami, déjame ir al cumple".
Bajé la mirada hacia Alaia. —"No te preocupes, cariño; irá a ese cumpleaños".
—"No irá".
Volví a mirar a Connor, quien acaba de hablar.
—"La acompañará".
—"¿Me piensas enviar a un cumpleaños de mocosos?".
—"Claro, así te aseguras de que tu hija no se enamore".
—"Sí". —Alaia suelta mi mano y abraza las piernas de Connor. —"Gracias, papi".
—"No me hagas esto, Ángela".
Le tiré un beso y llamé a la niñera de mi hija.
—"Alba".
—"Dígame, Sra. Crane".
Seguí con el apellido de mi padre; ya era mucho tener tres Tynes en la casa. Además, uno nunca borra su apellido.
—"Cambia a Alaia; irá a un cumpleaños".
—"Enseguida".
Cuando Alba se retira con Alaia agarrada de la mano, Connor llega a mí enseguida, parándose frente a mí.
—"¿Y tú qué harás?"
—"Yo voy a la piscina a tomar un poco de sol".
—"Entonces yo estaré en una fiesta de mocosos mientras tú te estás divirtiendo".
—"Si lo quieres ver así, pues sí".
—"No es justo, Ángela".
—"Nada en la vida es justo".
—"Esto sí, podemos solo no dejar ir a Alaia y irnos todos a la piscina".
Me acerco a darle un beso previo en los labios. —"No dejes que Alaia coma mucho dulce".
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DESTRUCCIÓN © {2}
ActionÁNGELA CRANE Dicen que después de la tormenta llega la paz, pero en mi vida es después de la paz llega la guerra. Conmigo hagan lo que quieran, pero si tocan a mi hija, se armará la puta guerra. CONNOR TYNES Mientras viva, nadie en este mundo se atr...