💣Capítulo 15💣

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ÁNGELA

Suelto la mano de Nicolás y me giro hacia Connor, que venía caminando con su pistola apuntando hacia Nicolás.

Nicolás levanta su pistola y apunta hacia Connor. Un tiro se escuchó y creí que habían matado a alguien.

Pero fue Connor quien disparó cerca de la cabeza de Nicolás. Miré a los hombres de Nicolás entrar al despacho, seguidos de mis hombres.

Todos se apuntaban entre ellos. Empecé a caminar hacia Connor y me detuve en medio de él y Nicolás.

Levanté mi pistola. —"Contaré hasta tres y todos van a bajar sus pistolas".— Me dirigí hacia Connor. —"Especialmente tú".

—"Uno, dos y tres".

Miré a Nicolás bajar la pistola y hacerle una seña a sus hombres, que también bajó la pistola, seguido de mis hombres. El único que no lo hizo fue Connor.

Me giré hacia Nicolás. —"Puedes irte, haremos negocio. Déjame tu número con Axel y te mantendré informado de cuándo me entregará la mercancía".

—"No harás negocio con él".

Escuché a Connor hablar desde atrás de mí, pero lo ignoré y le di la mano a Nicolás.

—"Fue un placer hacer negocio contigo".

—"Lo mismo digo, Sra. Crane".

Cuando todos se fueron, me giré hacia Connor y él ya estaba empezando a bajar la pistola.

—"Creí que todo este show se había quedado en el pasado".

—"No, cuando alguien se está pasando contigo".

—"Nadie se estaba pasando conmigo".

—"Si te estaba follando con la mirada, cuando te mira, ¿crees que soy estúpido?".

Lo ignoré y empecé a caminar, pasando por su lado, pero rápidamente él se colocó frente a mí, me tomó del cuello y empezó a caminar hacia el escritorio.

En una fracción de segundo, me tiró en el escritorio, haciendo que mi pistola cayera al suelo, y lo vi colocar su pistola en el escritorio.

—"Eres mía, Ángela".

—"Maldición, espesaremos con esto cada vez que hablo con alguien".

—"Sí, cuando te está coqueteando con sus palabras".

Subió mi vestido y quitó su mano de mi cuello, colocándose en medio de mis piernas.

—"¿Qué haces?".

—"Dejándote en claro que el único hombre de tu vida soy yo".

—"Connor, creo que estás exagerando por unas palabras".

Lo escuché bajarse el pantalón con todo y bóxer, y luego rompió mis bragas, haciendo que gimiera.

Sabía que ya estaba mojada; no podía negar que me gusta ese lado de él. Colocó su pene en mi entrada y empezó a moverlo, como lubricándose bien.

—"Eres mía, solamente mía".— Y, diciendo sus últimas palabras, entró de golpe dentro de mí.

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