CONNOR
Pero ella se alejó de mí. La miré volviendo a hacer ese diablo que siempre fue.
—"No me quedaré sentada. Una Crane le da la bienvenida a la guerra; no se queda sin hacer nada".
—"Bien, vamos a irnos, pero tenemos que preparar todo".
—"Infórmale a tu hombre que recojan, que mañana nos vamos".
Estaba tranquilo; por lo menos me dio un día. Sabía que ella tenía derecho a estar así, pero su rabia y dolor solo la iban a conducir hacia su muerte, y no lo iba a permitir.
Bajé a informarle a Max y a mis hombres que nos íbamos para Moscú porque un enemigo había aparecido.
También mandé a enterrar la cabeza de Walter en Moscú, en su hogar. Sabía que él hubiera querido eso, igual que Ángela, aunque ella no estaba pensando en eso.
Cuando subí nuevamente hacia la habitación, Ángela no estaba en la habitación. En mi mente pasaron miles de pensamientos, pero entonces la puerta se abrió, revelando a Ángela con nuestra hija en brazos.
—"Mandé a la niñera a buscar ropa a su casa".
La niñera solo tenía libre los domingos. Tenía su casa para ir, pero casi vivía aquí. No queríamos que nuestra hija le faltara algo mientras no estábamos en casa.
—"Está bien, vamos a hacer la maleta".
Ángela colocó a Alaia en la cama y le puso su princesa favorita en la televisión. Era una princesa que volaba en una alfombra; ni siquiera sabía el nombre.
—"¿Princesa, cómo se llama esa película?"
—"Jamin".
"Jasmin, cariño".—Ángela la corrige con una sonrisa. —"Se llama Aladdín".
—"Papi, ¿verdad que la princesa es igual que mami?"
Por Dios, del mafioso más grande de Rusia, pasé a ver una película de princesas. Esto no estaba en mis planes hace muchos años.
—"Claro, princesa, también es igual a ti".
Después de hacer la maleta y ver la película con nuestra hija, bajamos hacia la sala casi al mediodía.
—"Alba de seguro ya está aquí".
Me giro hacia Ángela, que viene con nuestra hija agarrada del brazo mientras caminan juntas.
—"Claro, solo fue a buscar ropa".
La puerta se abre, entrando Max.
—"Qué bueno que está aquí Max, ya prepararon todo para irnos mañana".
—"Sí, Sr. Tynes, pero eso no es lo importante ahora".
Antes de preguntar, la puerta se abre y mis hombres vienen con una mujer en brazos.
Cuando me acerco, miro que es la niñera de mi hija.
—"Un carro negro la tiró frente a la puerta de la casa".
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DESTRUCCIÓN © {2}
ActionÁNGELA CRANE Dicen que después de la tormenta llega la paz, pero en mi vida es después de la paz llega la guerra. Conmigo hagan lo que quieran, pero si tocan a mi hija, se armará la puta guerra. CONNOR TYNES Mientras viva, nadie en este mundo se atr...