ÁNGELA
Tenía el dolor en mi corazón; es verdad lo que dicen: cuando se pierde un hijo, ese dolor nunca se va de tu vida.
Por esa razón, voy a proteger a Alaia con todo. No conocí a mi bebé, pero sí a mi hija, y creo que si le pasa algo, no podré soportar ese dolor.
Estaba mirando a mis hombres con Connor a mi lado.
—"Ahora pónganse a trabajar y escuchen bien: cualquier carro que se parque en la puerta, disparen y luego pregunten. Esta es una guerra, no podemos estar juntos".
—"Entendido, Sra. Crane".
Lo escuché decir mientras empezaba a ponerse en su lugar.
—"Axel".
Él apareció enseguida en mi camino. —"Dígame".
—"Necesito saber en qué negocio estaba mi padre y cuéntame cómo diablo lo mataron".
—"Todavía sigue haciendo negocios con los italianos y ahora mismo con un mafioso de Rusia".
—"¿Cómo se llama?".
—"Nicolás Álvarez".
—"Mándalo a buscar, necesito hablar con él".
—"Como diga, Sra. Crane".
—"Bien, cuéntame cómo fue la muerte de mi padre".
—"Estaba saliendo con una mujer joven; un día salió con ella y no volvió más".
—"¿Cómo diablos no sabía que mi padre estaba saliendo con una mujer?".
—"Se lo advertí, pero él ya estaba enamorado de ella".
Era difícil escuchar esa palabra: mi padre enamorado de alguien.
—"Muéstrame una foto de esa mujer; quiero conocerla".
—"Tengo una en mi teléfono. La investigué, pero cuando iba a decirle a su padre quién era, ya él se había ido con ella".
—"¿Y quién diablos es esta mujer?".
—"Hija de Osvaldo Castillo, sobrina de Donato".
Sentí cómo la tristeza era reemplazada por el enojo.
—"¿Cómo se llama?".
—"Isabel Castillo. Dicen que es la mejor matadora de España".
—"Puede ser la mejor del mundo y a mí no me importa; esa Isabel tiene los días contados antes de pegarle un tiro entre la frente".
—"Sabemos que sería capaz de eso".
—"Manda a llamar a los militares; dile que le daré el doble del dinero que mi padre le daba. También manda a buscar más hombres y no olvides llamar a Nicolás Álvarez".
—"Entendido, Sra. Crane".
—"¿Cuál es el plan?"
Escuché a Connor preguntar. Cuando Axel se retiró, me giré hacia él.
—"Iremos por su hija".
—"¿Está segura?"
—"Los hijos son la mayor debilidad, así que si la matamos, es cómo responderle a su declaración de guerra, sin contar que esa zorra es la culpable de la muerte de mi padre".
—"Sabe que no mato mujeres".
—"De eso me encargo yo. Mataré a su hija y te dejaré al padre".
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DESTRUCCIÓN © {2}
AcciónÁNGELA CRANE Dicen que después de la tormenta llega la paz, pero en mi vida es después de la paz llega la guerra. Conmigo hagan lo que quieran, pero si tocan a mi hija, se armará la puta guerra. CONNOR TYNES Mientras viva, nadie en este mundo se atr...