💣Capítulo 18💣

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ISABEL

Sabía que era difícil, pero la idea de que no me aceptara un café me decía que era peor de lo que creía.

—"Pero un café".

Soltó mi agarre de su brazo.

—"Ni un café ni nada. Ahora que pase, feliz resto del día".

Miré cómo se iba, pero sabía que no iba a quedar así. No podía negar que la foto que vi no era nada comparada con su belleza real.

Esta misión de mi padre me la iba a gozar; por fin me mandaron con alguien guapo y joven, y no con un viejo como el tal Walter.

Cuando mi padre mandó a enamorarlo, sabía que era difícil, pero un hombre de esa edad no era complicado. El estúpido se enamoró; solo tuve que darle un revolcón en la cama para, por fin, tenerlo en mi mano.

Lo llevé a un hotel y solo tuve que ponerle un poco de sedante a su bebida. Fue fácil desaparecer a sus secuaces.

Mi teléfono sonó y lo tomé. Miré y era mi padre.

—"¿Cómo vas?"

—"Apenas voy empezando".

—"¿Y qué tal? ¿Ya está hablando con él?"

—"No se fue sin ni siquiera aceptarme el café".

—"Tienes que insistirle".

—"No es fácil, padre. Ese hombre mira por los ojos de su mujer. Si fuera soltero y no estuviera loco por su esposa, todo sería más fácil".

—"No quiero excusas, quiero la cabeza de Connor Tynes y no regresará a España sin ella. ¿Está entendiendo lo que estoy diciendo?"

—"Sí, padre".


CONNOR

Llegué a casa y Ángela estaba en la sala hablando con Axel. Me acerqué a ella.

—"¿Cómo fue todo en mi ausencia?"

—"Muy bien. Axel me está informando que mi padre compró la mansión donde se hacía la fiesta cada año para que los mafiosos se reunieran. Era un regalo para Alaia".

—"Y una mansión llena de mafiosos es un regalo para una niña".

—"El dinero que deja, sí".

—"Bueno, después de todo, tu padre no era muy normal".

—"Hoy estará abierto, debería ir".

Miro a Axel, quien acaba de darle la idea a Ángela.

—"Es muy peligrosa esa fiesta".

Ángela se levanta del mueble.

—"Iremos, después de todo, esa mansión es mía".

—"Sabe que no podemos ir, menos ahora que tenemos un enemigo".

Miro a Axel retirarse de la sala, dejándome sola con Ángela.

—"No me voy a quedar encerrada como una cobarde; iré sola o vendrá conmigo".

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