...El fin de un para siempre?...

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HANNAH

La fiesta estaba en pleno apogeo en la casa de Sabrina. La música vibraba en las paredes, y el aroma a comida y bebidas llenaba el aire. Había decoraciones coloridas y una mesa repleta de bocadillos y pasteles. Aunque la noche estaba llena de energía, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y tristeza por mi inminente partida a Nueva York.

Me dirigí a Erick, que estaba charlando con algunos amigos en un rincón de la sala. Al verme, su rostro se iluminó, aunque sus ojos reflejaban cierta tristeza.

—¿Cómo estás, Erick? —le pregunté, dándole un abrazo.

—Estoy bien, solo un poco triste porque te vas —respondió, tratando de sonreír.

—Lo sé, yo también estoy triste, pero siento que es lo mejor para mí en este momento —dije, intentando mantener una actitud positiva.

—¿Cuánto tiempo estarás en Nueva York? —preguntó Erick, con curiosidad.

—Un año, al menos. Aunque, quién sabe, tal vez me quede más tiempo si las cosas van bien —respondí.

Erick asintió, con una mezcla de orgullo y preocupación. Sabía que esta decisión era importante para mí, pero también para él.

—No te olvides de nosotros —dijo Erick, con una sonrisa triste.

—Nunca lo haré. Prometo que mantendré el contacto y vendré a visitar siempre que pueda. Aparte pronto acabo la carrera en línea así que tendremos que festejarlo en familia —le aseguré.

Más tarde, me encontré con Vinícius, Camavinga, Lucas, Rodrygo, Tchouaméni y Brahim en el centro de la sala. La conversación era animada, y me sentí reconfortada por su presencia.

—Hannah, ¿cómo te sientes con todo esto? —preguntó Vinícius, con una mirada sincera.

—Un poco nerviosa, pero también emocionada. Es un gran cambio, pero estoy lista para enfrentarlo —respondí, tratando de mostrar confianza.

—Te extrañaremos mucho aquí —dijo Camavinga, dándome un abrazo.

—Yo también los extrañaré a todos. Pero quiero que mantengamos el contacto y nos apoyemos mutuamente —dije, agradecida por su apoyo.

....

Más tarde en la noche, me acerqué a Juan, Alex y Sabrina, quienes estaban conversando sobre mi partida.

—No puedo creer que ya te vayas —dijo Juan, con una sonrisa melancólica.

—Lo sé. Ha sido unos meses increíble aquí, pero es hora de seguir adelante —respondí.

—Bueno, esperamos que todo te vaya bien en Nueva York. No olvides que siempre tendrás un lugar aquí —dijo Alex, dándome un cálido abrazo.

—Gracias, chicos. No sé qué haría sin su apoyo —dije, sintiendo un nudo en la garganta.

Sabrina se acercó y me abrazó con fuerza.

—¿Estás lista para tu gran aventura? —preguntó, con una sonrisa.

—Sí —respondí, tratando de sonreír.

Mientras la fiesta continuaba, Vinícius recibió una llamada de Jude. Me encontré cerca, y pude escuchar parte de la conversación mientras Vinícius se alejaba para hablar en privado.

—¿Dónde estás? —preguntó Jude al teléfono.

—En la fiesta de despedida de Hannah —respondió Vinícius.

—¿Por qué no me dijiste? —preguntó Jude, con un tono que mostraba algo de sorpresa.

—Hannah me pidió que no comentara nada. Prometí mantenerlo en secreto —dijo Vinícius.

—¿Cuándo se va? —preguntó Jude, con curiosidad.

—hoy a las 2 a.m. —respondió Vinícius.

Jude se quedó en silencio por un momento. Podía notar que estaba frustrado, pero no era enojado. Finalmente, dijo:

—Gracias por decirme. Solo quería saber.








....






La decisión de dejarlo todo atrás y concentrarse en lo que vendría era dolorosa, pero parecía ser lo mejor en este momento.













CAPÍTULO DIECINUEVE un capítulo superrrr cortito pero es que no sabía que más agregarle a la despedida pero no saben lo que se viene

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CAPÍTULO DIECINUEVE
un capítulo superrrr cortito pero es que no sabía que más agregarle a la despedida pero no saben lo que se viene...

Bajo las Luces del Estadio: Entre Goles y Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora