...noche de navidad...

102 6 0
                                    



24 de diciembre
NOCHE BUENA
2:30 pm

HANNAH

Era Nochebuena, y la cocina estaba llena del aroma a galletas recién horneadas. Megan, Erick y yo estábamos ocupados en la cocina, riendo y decorando galletas con glaseado y chispas de colores. La calidez del ambiente y el espíritu festivo nos hacían olvidar un poco las preocupaciones.

—Megan, pásame ese glaseado, por favor— pedí mientras intentaba hacer una forma de estrella con la manga de glaseado.

—Aquí tienes— dijo Megan, entregándome el recipiente con una sonrisa. —¿Has hablado con nuestros padres hoy?

—Sí, les conté sobre la nueva casa— respondí mientras decoraba una galleta en forma de árbol de Navidad. —Ya estoy haciendo el papeleo para firmar y que me entreguen la llave. Estoy emocionada por este nuevo comienzo.

—¿En serio? Eso suena genial— comentó Erick, quien estaba concentrado en hacer una casa de jengibre con un diseño bastante creativo. —¿Cuándo te mudas?

—En cuanto terminen todos los trámites— expliqué. —Es probable que me mude después de Año Nuevo. Quiero asegurarme de que todo esté listo antes de trasladarme.

—Eso es increíble— dijo Megan, con un brillo en sus ojos. —No puedo esperar a ver la nueva casa.

—Sí, va a ser un gran cambio— añadí. —Pero creo que es lo mejor. Necesito un espacio donde pueda empezar de nuevo y concentrarme en mi trabajo y en mí misma.

La tarde avanzó rápidamente, y después de hacer y decorar las galletas, me preparé para ir a ver a Sebastián. Me aseguré de que mis hermanos estuvieran bien y les prometí que les contaría cómo me había ido al regresar.

—Voy a salir a ver a Sebastián— les dije mientras recogía mi abrigo.

—¡Diviértete!— dijo Erick.

—Lo haré— prometí, dándoles un último abrazo antes de salir.

La tarde estaba fría, pero el espíritu festivo de Nochebuena me daba calidez.

....

Estábamos en la casa de Sebastián, rodeados por las decoraciones navideñas que creaban un ambiente cálido y acogedor. Mientras hacíamos galletas, la televisión estaba encendida en un canal de noticias deportivas. En un momento, un video apareció en la pantalla, captando mi atención de inmediato.

El video informaba que Jude no había sido convocado para los últimos dos partidos porque él mismo lo había solicitado. Mi corazón se aceleró al escuchar la noticia. Aunque había tratado de moverme adelante y concentrarme en mi relación con Sebastián, el ver a Jude en el video me hizo sentir una punzada de preocupación.

Sebastián, que estaba sentado a mi lado, notó mi cambio de expresión. Su mirada se posó en mí con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Hannah— dijo con un tono serio—, ¿aún sientes algo por Jude?

Mi primera reacción fue negar rápidamente.

—No, Sebas— respondí, tratando de mantener mi voz firme, aunque mis manos temblaban ligeramente.

Sebastián no pareció convencido. Su mirada era intensa mientras continuaba:

—Cada vez que demuestro afecto, lo rechazas completamente. Yo sé por qué es, y es porque aún sientes algo por él.

Mi mirada se desvió hacia el suelo, incapaz de sostener la intensidad de su mirada. Sebastián prosiguió:

—No voy a obligarte a darme una oportunidad si todavía tienes sentimientos por Jude. Si esto es lo que sientes, mejor que seamos amigos. Me volvería feliz si en algún momento hablas con Jude, porque él está realmente dolido por lo de ustedes.

Bajo las Luces del Estadio: Entre Goles y Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora