...una sorpresa...

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25 de diciembre

HANNAH

Era temprano en la mañana de Navidad cuando me levanté con un propósito claro en mente. A las 8 am, me dirigí hacia la casa de Vinícius con un par de grandes cajas en la cajuela de mi coche. Viní, siempre tan puntual y eficiente, ya me esperaba en la entrada.

—¡Ey, Hannah! —dijo Viní, viendo las cajas—. ¿Para qué me necesitabas?

—Aún tienes la llave de repuesto de Jude, ¿verdad? —le pregunté, esperanzada.

Viní asintió, un tanto curioso.

—¿La llave? ¿Para qué la necesitas? —preguntó, con una ceja levantada.

—Tengo que hacer una sorpresa —respondí, sonriendo—. ¿Podrías prestármela?

—¿Una sorpresa? —repitió Viní, intrigado—. ¿Y Sebastián?

—te cuento después. Por favor, necesito la llave.

Viní me miró, aún dudando, y me llevó a su casa para buscar la llave. Mientras caminábamos, le expliqué lo que había pasado con Sebastián y el regalo de Jude. Cuando llegamos al lugar donde guardaba la llave, Viní se detuvo y, con una sonrisa juguetona, me miró.

—¿Y cómo sabes que Jude no está en casa? —me preguntó, con un brillo travieso en los ojos.

—Vamos, es Navidad. Seguro está en Inglaterra con su familia. Además, puede que haya stalkeado a Jude en la cuenta de mi hermano —le respondí, intentando mantener el tono ligero.

Viní se rió y, finalmente, me entregó la llave.

—Aquí tienes. Espero que la sorpresa sea buena, Hannah.

Tomé la llave con gratitud y me dirigí hacia el coche, lista para preparar la sorpresa que, con suerte, podría comenzar a sanar algunas heridas y traer un poco de alegría navideña.

..

Cuando finalmente abrí la puerta de la casa de Jude, una ola de nostalgia me envolvió. Los recuerdos de nuestros momentos juntos llenaban cada rincón. Decidí buscar las tijeras que necesitaba para preparar la sorpresa, pero al explorar una habitación que no había visto antes, encontré algo inesperado.

La habitación estaba llena de trofeos y medallas, todos bien pulidos y acomodados. Pero al final de la vitrina, vi algo que me llamó la atención: una fotografía instantánea de mí, tomada el día que regresé del viaje para ver al Real Madrid contra el Manchester City. A su lado, también estaba el llavero que le había comprado en Miami esa tarde y su sudadera Drew House, la que solíamos usar juntos.

El corazón me dio un vuelco al ver esos objetos. La foto, el llavero y la sudadera evocaron recuerdos de tiempos compartidos y momentos felices. Me sentí abrumada, no solo por la nostalgia, sino también por la sensación de que había algo aún sin resolver entre nosotros. Con un suspiro, intenté concentrarme en la tarea que tenía entre manos, deseando que la sorpresa que había planeado pudiera traer un poco de esperanza y cierre a todo lo que habíamos pasado.

...



JUDE

Regresé a Madrid después de pasar la Navidad y Año Nuevo en Inglaterra con mi familia. Al entrar a mi casa, dejé las llaves en la sala y me dirigí a mi recámara, cansado pero contento. Pero lo que encontré allí me sorprendió: una gran caja con una hoja al lado.

Dejé mis pertenencias a un lado y me acerqué a la caja. La hoja tenía una caligrafía que reconocí de inmediato. Era de Hannah. Con el corazón acelerado, leí la nota:

"De hanneli... Jude, te pido que me perdones por todo el daño que te he causado. Fui demasiado egoísta en solo proteger mis sentimientos sin saber que herí los tuyos. Sebastián y yo decidimos no seguir saliéndo, y ahora me quiero dar un tiempo corto para mí sola. Pero no tengas en duda que volveré, y que el destino nos unirá para platicar y resolver lo que dejé a la mitad, y que puedas explicarme lo que nunca dejé que terminaras. Y por cierto, Judy, contestando a tu pregunta ... no, lo nuestro nunca desapareció, y yo... yo, Hannah Elizabeth Moretti García, aún te amo con todo su corazón, mi Judy.

P.D.: Gracias por los lindos detalles, por la sudadera, el álbum de recuerdos y darme de nuevo la cámara instantánea."

Mientras leía la carta, mi mente viajaba a los momentos que habíamos compartido. Las palabras de Hannah resonaban con una sinceridad que no había sentido en mucho tiempo. El hecho de que había terminado con Sebastián y el deseo de volver a resolver lo que habíamos dejado a medias me llenaron de esperanza.

La carta no solo fue una confirmación de lo que aún sentía por mí, sino también una promesa de que habría una oportunidad para sanar y reconectar.

Abrí la caja con cuidado. Dentro encontré unos tenis para fútbol nuevos, exactamente el modelo que había querido durante mucho tiempo. Junto a ellos había un conjunto deportivo de mi marca favorita, algo que solo Hannah sabía que me gustaba. También había una foto instantánea de Hannah en mi casa, preparando todo, y debajo de la foto había una nota que decía: "Esta canción tiene tu nombre y apellido: Jude Victor William Bellingham".

La sorpresa y el cuidado con los que había elegido estos regalos me conmovieron profundamente. La foto y la nota evocaban recuerdos de momentos felices compartidos. Sentí una mezcla de alivio y anticipación, sabiendo que, de alguna manera, la historia entre Hannah y yo aún no había terminado.

Me puse los audífonos y, con la caja de Hannah frente a mí, decidí escuchar la canción que ella había mencionado en la nota. La canción de Billie Eilish, "Birds of a Feather", comenzó a reproducirse, y me sumergí en la letra mientras la música llenaba la habitación.

Escuché la parte que resonó profundamente en mí:

I want you to stay
'Til I'm in the grave
'Til I rot away, dead and buried
'Til I'm in the casket you carry
If you go, I'm going too, uh
'Cause it was always you, alright
And if I'm turning blue, please don't save me
Nothing left to lose without my baby
Birds of a feather, we should stick together, I know
I said I'd never think I wasn't better alone
Can't change the weather, might not be forever
But if it's forever, it's even better
And I don't know what I'm crying for
I don't think I could love you more
It might not be long, but baby, I
I'll love you 'til the day that I die
'Til the day that I die
'Til the light leaves my eyes
'Til the day that I die
I want you to see, hm
How you look to me, hm
You wouldn't believe if I told ya
You would keep the compliments I throw ya

Las palabras de la canción parecían narrar lo que sentía en ese momento. El deseo de estar con Hannah hasta el final, a pesar de las dificultades. La canción me recordó lo que había perdido y lo mucho que aún la amaba. Decidí que le daría su tiempo, pero también me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para demostrarle que valía la pena darme otra oportunidad.

No podía dejar que todo lo que habíamos compartido se desvaneciera sin luchar por ello. Hannah era el amor de mi vida, y estaba decidido a cambiar y mejorar, a ser la persona que ella merecía. Con esta convicción, sentí que, aunque el futuro fuera incierto, tenía la esperanza de que nuestro destino se volvería a cruzar.



 Con esta convicción, sentí que, aunque el futuro fuera incierto, tenía la esperanza de que nuestro destino se volvería a cruzar

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CAPÍTULO VEINTIOCHO
parece que las cosas están mejorando ✨✨

Bajo las Luces del Estadio: Entre Goles y Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora