...¿lo amas?...

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HANNAH

20 de diciembre
*la cena de vini*

La navidad se acercaba y, a pesar de que el frío de diciembre ya se sentía en el aire, mi corazón estaba envuelto en una mezcla de emociones. Vinícius había organizado una cena especial con sus amigos para celebrar las fiestas, y, aunque sabía que Jude también estaría allí, decidí asistir. Hacía más de un mes que no veía a uno de mis mejores amigos, y no quería dejarlo solo en esta ocasión especial. Además, Vinícius quería conocer a Sebastián, el chico con el que había estado saliendo, y a pesar de que nuestra relación aún no era oficial, quería presentárselo.

Esa noche, me vestí con un elegante vestido rojo que me hacía sentir festiva y lista para la ocasión. Me aseguré de que Sebastián también estuviera invitado, aunque él y yo aún estábamos en una etapa incierta, no formalmente en una relación. Sebastián entendía mis reservas y, aunque no era fácil, estaba dispuesto a acompañarme a la cena.

Llegamos a la elegante casa de Vinícius, que estaba decorada con luces navideñas y adornos brillantes. La calidez del lugar y la música festiva crearon un ambiente acogedor. Al entrar, me encontré con varias caras conocidas y algunas nuevas. Todos parecían emocionados por la celebración.

Me acerqué a Vinícius para saludarlo, y su rostro se iluminó al verme. —¡Hannah! Qué bueno verte,—exclamó, abrazándome con entusiasmo. —Te he extrañado. Esta noche va a ser genial, y estoy feliz de que hayas podido venir.—

Agradecí su cálida bienvenida y le presenté a Sebastián. Vinícius le dio una sonrisa amistosa y lo incluyó en la conversación, tratando de hacerle sentir cómodo. Sin embargo, mi mente no podía evitar distraerse pensando en el posible encuentro con Jude. La posibilidad de cruzarme con él me ponía nerviosa, pero traté de concentrarme en disfrutar de la cena y de la compañía de mis amigos

JUDE
Estaba en la cocina de la casa de Vinícius, charlando con Lucas mientras preparábamos algunas bebidas para la cena. La conversación estaba amena, y Lucas estaba bromeando sobre cómo siempre me las arreglaba para no saber dónde estaban las cosas en la cocina. De repente, una voz familiar y difícil de olvidar atravesó el bullicio del ambiente.

—Hannah está aquí— dijo Lucas, notando algo en la expresión de mi rostro. No necesitó decir más. La sorpresa en mi mirada le hizo entender que había captado el nombre de la voz. Lucas me miró con una mezcla de curiosidad y simpatía y, sin decir una palabra, hizo un gesto para que siguiéramos hacia la sala.

Salimos de la cocina juntos, y mi mente estaba en una especie de torbellino. Cuando cruzamos el umbral, mis ojos se dirigieron instintivamente hacia la entrada, donde vi a Hannah. Ella estaba agarrada de la mano de un chico que, por su altura de aproximadamente 1.80 metros y su cabello oscuro, claramente se destacaba entre la multitud.

El corazón me dio un salto al verla allí. El tiempo que había pasado sin verla parecía evaporarse en ese instante. Hannah estaba sonriendo, una de esas sonrisas que solían iluminar toda la habitación. Pero cuando nuestros ojos se encontraron, sentí un cortocircuito en el corazón. Ella desvió la mirada rápidamente, volteando hacia Lucas con una sonrisa característica que me resultaba tan familiar.

Me detuve un momento, sintiendo una mezcla de emociones intensas. La presencia de Hannah en la misma habitación me sorprendió y me hizo cuestionar el tiempo que había pasado sin verla. Me esforzaba por mantener la compostura mientras observaba cómo ella interactuaba con el chico a su lado.

Lucas notó mi desconcierto y se acercó a mí.

—¿Todo bien?— preguntó en voz baja.

—Sí— respondí, intentando recuperar la calma. —Solo... no esperaba verla aquí.

Bajo las Luces del Estadio: Entre Goles y Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora