~𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥~ ...la vida que siempre soñamos...

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NARRADOR

Habían pasado tres años desde que Dylan había llegado a sus vidas, trayendo consigo una alegría que Hannah y Jude nunca habrían imaginado. El tiempo había pasado rápidamente, y ahora el pequeño estaba a punto de cumplir tres años. Cada día con él había sido una aventura, una mezcla de risas, pequeñas travesuras, y momentos que llenaban su hogar de amor.

Hannah, a sus 28 años, se había adaptado maravillosamente a su papel de madre. Siempre había sido una mujer fuerte y decidida, pero la maternidad le había dado una nueva perspectiva de la vida. Su carrera seguía en marcha, pero ahora se encontraba más equilibrada que nunca, combinando sus responsabilidades profesionales con la dedicación a su familia. A menudo, se maravillaba de cómo había cambiado su vida en tan poco tiempo, y cómo ese cambio la había hecho más feliz de lo que jamás había imaginado.

Jude, con 29 años, seguía brillando en el fútbol, pero su vida en casa se había vuelto igual de importante. Ver a Dylan crecer y aprender nuevas cosas cada día lo llenaba de orgullo, y siempre encontraba tiempo para estar presente en su vida. Para él, no había nada más importante que su familia, y cada día agradecía tener a Hannah y a Dylan a su lado.

Sin embargo, en los últimos meses, ambos habían empezado a sentir que su familia estaba lista para crecer. Las conversaciones sobre tener un segundo hijo se volvían más frecuentes, y tanto Hannah como Jude se daban cuenta de que estaban listos para dar el siguiente paso. Se sentían preparados para abrir sus corazones a un nuevo miembro de la familia, sabiendo que, aunque la vida con un recién nacido nuevamente sería un desafío, también sería una experiencia llena de amor y felicidad.

El deseo de tener un segundo hijo no era solo una idea pasajera; era algo que ambos sentían profundamente. Habían experimentado lo que era ser padres y sabían que, aunque la paternidad venía con sus desafíos, la recompensa valía cada sacrificio. Además, querían que Dylan tuviera un hermano o una hermana, alguien con quien compartir su infancia y crear recuerdos que duraran toda la vida.

Así que, con amor en sus corazones y la certeza de que estaban tomando la decisión correcta, Hannah y Jude comenzaron a planear su futuro. Sabían que no sería fácil, que habría noches sin dormir y momentos de incertidumbre, pero también sabían que, juntos, podían superar cualquier obstáculo. Porque, al final del día, lo que realmente importaba era el amor que compartían, y ese amor era más que suficiente para crear la familia de sus sueños.

La casa que habían construido juntos, llena de risas y recuerdos, pronto sería el hogar de un nuevo miembro. Y mientras miraban hacia el futuro, no podían evitar sonreír, sabiendo que lo mejor aún estaba por venir.



HANNAH

Era un día especial, y el aire estaba lleno de emoción y anticipación. Inglaterra iba a enfrentarse a Brasil en el Mundial, y Jude estaría jugando en uno de los partidos más importantes de su carrera. Mientras tanto, en casa, me encontraba en el cuarto de Dylan, ayudándolo a prepararse para el gran evento.

Dylan estaba sentado en su pequeña silla, con una sonrisa de oreja a oreja mientras lo peinaba cuidadosamente. Su cabello oscuro y lacio, una mezcla perfecta de Jude y mío, estaba despeinado por la emoción. Su entusiasmo era contagioso, y no pude evitar sonreír mientras lo veía tan lleno de vida.

—¿Estás emocionado por ver a papá jugar hoy? —le pregunté, aunque ya conocía la respuesta.

—¡Sí, mami! ¡Muy emocionado! Papá va a ganar, ¿verdad? —respondió Dylan, con esos ojos grandes y brillantes que me recordaban tanto a Jude.

—Claro que sí, amor. Papá va a jugar su mejor partido —le aseguré, sintiendo una oleada de orgullo mientras terminaba de peinarlo.

Luego, tomé el pequeño jersey de Inglaterra con el dorsal de Jude, el número "10", y lo deslicé sobre la cabeza de Dylan. Verlo con ese jersey era algo que siempre había sido importante para Jude, una meta que había soñado desde que supo que sería padre. El hecho de que ahora, en este momento, estaba logrando ese sueño, me llenaba el corazón de alegría.

Bajo las Luces del Estadio: Entre Goles y Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora