CAPÍTULO #3

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ENZZO

El duelo terminó.

Marie estuvo en cama varios días hasta que la saqué de la habitación y la mandé a la mierda, me dió un puñetazo pero valió la pena para que vuelva a sus deberes como militar.

-Enzzo.- miré a Eddie - ¿Te gusta?

-No.

-Pero es bonito, tiene mucho color. ¿Lo pongo en la nevera?

-No.

-¿Estás enojado? ¿Es porque extrañas a tu hermana? Yo no conozco a la mía y también la extraño y a papá, aunque pronto iremos a visitarlo, mamá dice que no se moverá hasta que Ellie vuelva.

-Porque no vas con Mónica a qué haga algún dulce.

-No me gusta Mónica, me gritó el otro día que estábamos aquí, quería leer algo de allí.- señaló el librero - Pero me dijo que no, sacó un libro y creí que me lo daría pero metió algo y me sacó a empujones.

Me quedé en silencio, observé la caja con el frasco de maní que Elizabeth me regaló para mí cumpleaños, la tarjeta en la que estaba escrito el poema de Edgar Allan Poe salió de uno de mis libros, entonces...

-Señor, tenemos reporte.- extendí la mano hacia el sobre amarillo.

-Investiga a Mónica y que me traigan las cámaras días antes de mi cumpleaños del año pasado.

-Si señor.- salió y Eddie dejó el cuaderno con el dibujo y me miró.

-¿Es sobre mi hermana? - asentí -¿Puedo verla?

-No, ve con tu mamá, por favor.- hizo una morisqueta de enojo, exactamente igual cuando Lizzy se molestaba o alguna parte de un libro le frustraba.

Tomó su cuaderno y me torció los ojos para luego irse. Vacíe el sobre amarillo sobre mi escritorio, las fotos de Lizzy vienen de camaras de sitios donde ella frecuenta, sus hombres la tienen muy bien vigilada las 24 horas, no hay muchas, me gustaría tener una nitida de su cara

La señorita Elizabeth ingresó a una clínica privada cerca de las tres de la tarde acompañado de su esposo, tuvieron una cita con la obstetra donde, internamente me confirmaron un embarazo, la señorita no abandonó las instalaciones luego de seis horas, se veía sedada y apartaba a su esposo cada dos segundos, tuvieron una discusión donde ella le echaba la culpa y finalmente volvieron a su punto el cual es desconocido.

La señorita Elizabeth tuvo un aboroto inducido por la malformación del feto.

-Necesito sacarte de allí lo más rápido posible.

Me puse de pie y observé todos los libros. Elizabeth logró llenar mi estante y extraño verla sentada allí, llorando, farfullando, quejándose, gritando, dejando de lado el libro por un ataque de irá. Cuando no entendía porque el protagonista hizo eso y me lo preguntaba a mi.

Quizás debí ponerle más atención.

-¡Eddie! - grité y sabía que vendría en un dos por tres, ese niño es un cotilla.

-¿Si? - sonrió.

-¿Puedes recordar qué libro es?

-¿Qué me darás a cambio?

-¿Qué quieres?

-Veinte dólares- lo miré y él se cruzó de brazos copiando mi postura.- ¿Me levantas?

Que karma estaré pagando con este niño, lo tomé por la cintura y lo elevé, observó los libros y tiró de uno, es de Lizzy. Lo bajé y extendió su mano al frente y con la que sujeta el libro lo ocultó tras su espalda.

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