CAPÍTULO #14

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Devolví las joyas de la familia al abuelo, todo mi armario fue empacado e hicieron dos pilos de maletas que ya van camino al avión privado de Enzzo. Mis tacones resonaron en la baldosa, el eco del vacío lo hace más dramático.

Su mano se posó en mi espalda baja, besó mi mejilla y sonreí. Tomó mi mano, abrió la puerta y me sacó del infierno como la primera vez que nos conocimos, abandonamos la casa.

Me subí al auto y nos pusimos en marcha rumbo al aeropuerto.

-Adiós a la maldita Italia. Cuando estemos instalados en casa te llevaré a Rusia para que la conozcas.

-Nunca supe si hablas Ruso nativo.

-¿Quieres que te confiese mi amor en Ruso?

-Prefiero que lo hagas en la cama.- se inclinó y me besó.

Llegamos a la pista donde el avión de Enzzo nos esperaba, subí primero y enseguida tomé asiento junto a la ventana. Derek y Darina han vuelto a casa desde hace días, seguido de Massimo que se está encargando del edificio administrativo.

***

Aterrizamos.

Al descender del auto, habían muchísimo personal de negro con auriculares y armas en su cintura, dos autos negros grandes y blindandos.

La mano de Enzzo se posó en mi espalda baja haciéndome subir al auto, me senté y este se puso en marcha, observe las calles, algunos edificios han cambiado el color, y tengo miedo de que mi paso a la libertad se vea interrumpido y vuelva a caer en un encierro eterno.

-¿Qué pasa?

-Disfruto de la ciudad.- dije sin mirarlo.

-Elizabeth - lo miré - Sabes que yo jamás haría algo para lastimarte, corderito.

Pasó un mechón tras mi oreja.

-Y ahora mi única prioridad es tu bienestar, que vuelvas a incorporarte a una mejor vida. Solo quiero que estés bien, que ya no sufras.

-La vida que me escogieron fue esta, Enzzo y siempre tendrá dolor, sufrimiento y lágrimas.

-Cariño, qué clase de monstruo sería si permito que alguien haga llorar a mi mujer, peor aún la haga sufrir o le cause dolor, y sabes que este monstruo abriría el infierno para enviar a cualquiera que te toque o te haga llorar, en mi existe la frialdad, la crueldad, no existe conciencia cuando se trata de otros pero contigo, vuelvo a tener corazón y razón. Y si alguien me quita eso, iré al infierno y traeré todo lo oscuro y perverso para destruir el puto mundo.

Besó mi mentón, su mano se colocó en mi nuca y me atrajo con fuerza para plantarme uno de sus besos salvajes que tanto me gustan y me prenden.

-Señor, llegamos.

Empujé a Enzzo y me bajé enseguida, rodeé el auto y me paré frente a la casa, mi casa...Enzzo me abrazó por detrás, besó mi mejilla.

-Bienvenida a casa, corderito.

Abrí la puerta, los muebles han cambiado, incluso la decoración, el piso brilla y mis tacones suenan.

-Me siento como la primera vez.

-¿Y cómo te sentías?

-Asustada.- murmuré.- Tenía mucho miedo de lo que me sucedería.

-Dejame hacerte entrar en confianza. ¡Steph!

Deslizó su mano por mi espalda y antes de alejarse su mano acarició mi culo. Steph apareció con una gran sonrisa, ahora lleva el cabello corto.

-¡Señorita Elizabeth!- abrí mis brazos y me acerqué, la abracé con fuerza.- Estuve esperando con ansias volver a verla, no tenía con quien platicar y he cuidado mucho de Loki, al principio enfermo y se puso muy triste, pero ya está bien y seguro le alegrará verla, por favor no vuelva a dejarnos, la casa no es la misma si usted.

Red RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora