CAPÍTULO #25

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Llevé mi mano a mi cabeza, me duele del carajo, me incorporo viendo todo oscuro, escucho un sutil tintineo, al tirar de mi pie puedo sentir la cadena en mi tobillo.

-Mierda- empecé a tirar con fuerza.

Busqué a Enzzo por el lugar forzando la vista pero no había nadie más que yo, intenté sacarme el grillete pero nada.

Suspiré, puse el pie en punta y empecé a tirar con fuerza del aro, apreté mis dientes ahogando el dolor, el metal raspa mi pie desnudo y la fuerza que estoy aplicando me hace creer que voy a tener que romperme el pie para liberarme.

-Ahh...

Salió, frote mi pie aliviada de no haber tenido que romperlo, me puse de pie cojeando, busqué la manera de salir, parece ser que me han traído a una especie de almacén, abrí la puerta de metal tratando de hacer el menor ruido, voy desarmada, sin chaleco y temo perder la vida pero, mi marido me necesita.

Me recosté a descansar del dolor, atrajé mi cabello hacia un lado y empecé a hacer una trenza, la até con mi mismo cabello para que no se deshiciera, tomé aire tratando de desaparecer el dolor mentalmente, recordando que estó no es nada a la tortura con electrochoque que me daba Morelli.

Me paré firme y continúe caminando entre las sombras, escuché un par de voces femeninas, están en discusión sobre alguien, asomé mi cabeza y vi a dos chicas paradas frente a Enzzo, lo tienen atado a una silla, con correa en las manos y pies.

-A la mierda, si vamos a hacer esto, al menos deleitamos un poco, no todos los días ves un hombre como este- sonrió la pelirroja y se acercó para empezar a desabrochar la camisa de mi marido.

-Pero es el objetivo, lo quieren a él.

-Sí pero se lo llevaran en unas horas, podemos divertirnos además, mira su bulto está justo como el doctor me lo recetó.

-Su mujer es una maniática, si se entera de ésto te matará.

-La perra está justo donde debe estar, encadenada- observó su torso desnudo- Mira esto, músculos perfectos y duros.

-Hannah dejalo ¿Y si se levanta y te mata?

-Me dejaría ahorcar por esos brazos, tiene cara de que folla de maravilla.

Mi sangre empezó a hervir y mis demonios a susurrarme en el oído incitando a matar. Ella se sentó a horcajadas y empezó a besar sus pectorales y a tocar sus cuadros abdominales. Mi rostro se calentó, mi parte humana se durmió y mi parte maldita, enferma, tóxica salió al frente.

Por cada caricia de ella hacia mi hombre y, por cada que se frotaba sobre él mi cabeza idea un plan de tortura, hueso por hueso, asi que tengo 206 formás de matarla. Avancé lentamente, pasé mi brazo sobre el cuello de la morena, y con la otra mano cubrí su boca ahogandola hasta el desmayo, giré su cuello matándola.

Recosté su cuerpo lentamente en el suelo, me crucé de brazos viendo a la pelirroja.

-Mirate, seguro ella no te dará lo que yo, ese cuerpo necesita de una excelente mujer en la cama y en tu vida- dejó un besó en sus labios y luego fue descendiendo hacia su cuello- Dios...eres irreal y todo mío.

La sujeté del cabello bajando del regazo de mi esposo, cayó boca arriba sorprendida, me miró y me senté sobre su estómago de un solo golpe, giró su cabeza viendo a su amiga muerta con los ojos abiertos.

-Como...- sujeté su mano y empecé a romper sus dedos uno a uno, con su mano libre intentó golpearme y rasguñarme. Le dí un puñetazo, ella levantó su pierna dándome un golpe en la parte trasera, y eso fue suficiente para hacerme bajar de ella.

Red RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora