EPILOGÓ

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El cambio de casa fue abrumador pero preciso, porqué una vez que se liberó la noticia de que estoy embarazada el mundo pareció detenerse unos minutos, Marie recibió sin número de llamadas de familiares que están más que contentos con la noticia y como lo había previsto, todos los Romanov se unieron para buscar a mi marido.

Intenté unirme a la búsqueda pero, mi papá me atrapó, me regañó y él mismo se ofreció a meterse a la fría rusia para liderar búsquedas y diariamente me llama para darme el reporte de lo sucedido.

Penny, su hermano, mi madre y los dos niños viven conmigo, el personal de cocina y limpieza fue suspendido temporalmente, cada semana viene a hacer limpieza y mamá está gustosa cocinando mis antojos que se han desatado en este octavo mes de embarazo.

-Que no sea muy rosa, que sea un rosa bebé suave.

-¿Que es un rosa bebé suave? cómo le siga echando más blanco al rosa, quedará blanco- se quejó Sheldon.

-Es que se ve muy rosado- dije apoyando mi barbilla en su hombro.

-Está bien, es rosado bebé, no podemos aplazar más la pintada de la habitación, Lizzy.

-Está muy rosado, quiero que sea sutil.

Suspiró y le agregó un poco más de blanco, revolvió con el palito y el tono se fue suavizando, se giró viéndome y sonreí aún con mi barbilla en su hombro.

-¿Está bien este rosa? ¿o traigo el tarro blanco y le agregó dos gotas rosadas?

-Ese es perfecto- besé su mejilla y salí de la habitación de mi hija.

La relación que formé rápidamente con Sheldon en dos meses fue abrupta pero, me gusta, es una buena compañia y me cumple los caprichos por que tiene miedo que lo asfixie o le dispare en los huevos, como el ataqué de ira que tuve hace semanas atrás y le disparé a un custodio que intentó robar el collar de mi marido, lo encontraron en una de las copas de los árboles donde el avión explotó, luego Dixon se lo llevó para guardarlo en la mansion donde vivia.

Salí al jardín donde mi precioso loki me movió la cola, hoy hace un sol precioso y me recuesto en la tumbona de la terraza que tiene una vista al mar fabulosa, froto mi enorme barriga viendo el cielo despegado.

-Aún te siento mi amor, estamos esperándote- sentí como mi hija se movió- Así es, papá vendrá por nosotras no te preocupes.

Cerré los ojos disfrutando del calor unos segundos.

-¿Cómo estás?- preguntó mi suegro.

-La respuesta de esa pregunta no cambiará hasta que él esté aquí conmigo y su hija.

-Creeme que estoy haciendo todo pero, me es imposible saber dónde está.

-Entonces no lo estás haciendo todo, Victor. Porque no dejamos las formalidades de lado, ahora no eres el abuelo, ni padre, ni suegro, eres solo Victor- me giré hacia él- Conoces a Enzzo más que yo por obvias razones, empecemos por como lo llevaste a ver una tortura cuando mi marido solo tenía dos años.

Su cara de asombro y mis viles palabras lo hicieron callar.

-Entonces avancemos en el tiempo y cuéntame que hacía Enzzo con quince años.

-Señora- rodé los ojos viendo al custodio- Tiene que venir a ver esto.

Me puse de pie y caminé hacia la entrada principal, Lyon me mira y Sheldon también está allí de brazos cruzados.

-Creo que no son gente buena.

-Nosotros no somos gente buena, no seas prejuicioso- lancé un golpe a ciegas que le dió en el vientre duro- Abran.

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