CAPÍTULO #4

662 42 6
                                    

ELIZABETH

Carlota se llevó al niño, caminé hacia la oficina de Antonio y abrí la puerta de golpe.

-¿¡Dónde putas están los refuerzos que se supone tienes autorizado para mí!?

-No debiste salir, no debiste llamar al abogado y no debiste tomar la decisión de dejar el proyecto.

-¿Proyecto!? ¿Eso soy para tí, un proyecto Antonio!?

-Te amo pero a veces me tocas los huevos, Elizabeth, te he tenido la suficiente paciencia para soportar tus caprichos y dejarte matar a personas muy importantes, pero lo de la droga es algo de dos.

-Jamás firmé un contrato sobre ser una rata de laboratorio, me gustaba como me hacía sentir y acepté por voluntad, no para que experimentes sobre mi, y te recuerdo que fuiste tú quien me volvió adicta con esa inyección en el cuello.

-Así que los recuerdos te vuelven, necesito sacarte todo el veneno con rapidez.

-Como me pongas una mano encima, o intentes darme tus asquerosos dulces, te mataré sin piedad.

-¿Qué está pasando, Elizabeth? No moríamos de amor hace solo unas semanas atrás y ahora vivimos en constante peleas, estos nos somos nosotros.

-Perdimos un hijo por la cochinada que ingería, pudimos concebir un precioso niño y tuvimos que matarlo por nuestra irresponsabilidad. No volveré a ingerir drogas, te conseguiré una rata, allí está Massimo.

-¿¡Qué!? Ehhh señor usted sabe que yo tomo medicamentos y...

-Ya se, cállate.- le dijo mi esposo.- Dejanos solo.

Esperamos que Massimo saliera, se acercó, sacó uno de sus pañuelos y empezó a limpiarme la cara que está con sangre.

-Sabes que te amaré siempre, mi amor hacia tí no es un capricho, te he amado desde los 18 años y ahora que te tengo, no te daré una vida miserable, si no quieres más droga, no habrá más drogas y una vez que estés limpia volveremos a intentar tener un bebé ¿Si?

Sujetó mi rostro y los demonios se enfriaron, me abracé a su torso y cerré mis ojos.

-¿A qué le tienes tanto miedo?

-A tus recuerdos, volverán todos de golpe o con el tiempo y, temo que quieras volver a tu antigua vida y me dejes.

Levanté la cabeza y él se inclinó para besarme.

-Soy tuya, António Morelli, mira.- le mostré la sortija y él sonrió.

Él me levantó y enrollé mis piernas en su cintura, empecé a besarlo y la intensidad se apoderó de nuestros cuerpos, no tardamos en deshacernos de la ropa, me senté sobre su escritorio y no tardó en embestirme.

Enterré mis uñas en su espalda mientras gemía, la conciencia se me fue aclarando, nuevamente su perfume me invadió, me pegué a su cuello y el olor se intensificó, el cosquilleo se hizo intenso y placentero y solté un gemido potencial que incluso me hizo llorar los ojos.

Recosté mi frente en su hombro recobrando el aliento, respiré profundamente dándome cuenta que su olor es diferente al que me llevó al orgasmo.

-Te amo.- beso mi boca y empezó a buscar su ropa.

-Te amo- le dije y me alcanzó las bragas.

***

Suspiré mientras trato de organizar mis cosas, tengo una reunión con todo el equipo del laboratorio, ahora estoy a cargo de buscar nuevas ratas de laboratorio.

Red RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora