CAPÍTULO #7

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Les regaló este capítulo porque estoy aburrida y escribí mucho este fin de semana, besos 💋

ELIZABETH

El cielo está oscuro, el dolor en mi pierna aumenta, el efecto de la adrenalina está bajando lentamente, el sueño me invade y aún no damos con la maldita cabaña que mencionó el laboratorista, no tenemos teléfono, ni nada para comunicarnos.

-¿Es esa?

Asentí sin realmente saber si era lo que él laboratorista había mencionado, solo quería llegar y ponerme a salvo. Dejamos el auto entre los árboles y me bajé con él maletín entre mis brazos, mire hacia todos lados asegurándome que nadie nos seguía.

-Mierda..

La puerta está rodeada con una cadena gruesa oxigenada, Enzzo retrocedió y un solo patazo abrió la puerta. Lo miré fulminante y levantó sus cejas junto con una sonrisa de lado.

-Te volviste loco, llamarás la atención.

-¿Tienes una mejor idea? - gruñi e ingresé a ciegas por la tenue oscuridad.- Carajo.- me chocó por la espalda y sus manos se aferraron a mi cintura.

-Como no consigamos algo de luz nos mataremos entre nosotros.

-Habla por tí.- se alejó y yo forcé la vista para no tropezar o lastimarme, escuché un golpe y finalmente la luz lunar llenó un poco la cabaña, ahora podía ver con un poco más claridad que Enzzo arrancó la cortina de un lado.

Empecé a rebuscar en los cajones de maderas y solo pude encontrar media vela, camine hacia la pequeña cocina en busca de fósforos o algo, aunque una pequeña vela no nos dará mucha luz que digamos.

Encontré una caja de fósforos, con sólo dos fósforos, genial, encendí la vela a la primera y caminé de vuelta y dejé la vela sobre el modular de madera. Enzzo se mueve de un lado a otro y su pecho sube y baja eufóricamente.

-¿Qué te pasa?

-¿Qué me pasa? me inyectaron adrenalina, y si no la libero ahora me dará un puto infarto.

-¿Tienes un componente dañino en tu sangre y te molesta que haya adrenalina en tu cuerpo?- rodee los ojos, me incliné para tomar el maletín pero, al instante mi cuerpo fue acorralado por el enorme toro de Enzzo.- ¿Qué haces?

-Liberar presión.

-¿Acorralándome? que eficiente señor Romanov.

-Cogiendote tan duro hasta sudar y liberar toda la adrenalina. Quizás pueda hacerte recordar lo bien que lo pasabamos en la cama, corderito.

Ya lo recuerdo todo.

-¿Corderito? Entonces tú...

Su boca se estampó bruscamente sobre la mía, tanto que mi labio chocó contra mis dientes cortándome el labio. Sus manos se aferraron a mi cintura y sus dedos se enterraron en mis piel, le seguí el beso dándole acceso a toda mi boca y él no la desaprovechó para meterme la lengua.

Me dio la vuelta y me hizo retroceder hacia el viejo sofá, quitó la sábana de un tirón, me quitó la ropa de forma desesperada, su boca se poso en mi cuello y fue descendiendo con pequeños mordiscos, claro que no llevaba sujetador y él no tardó en devorar mis pechos mientras me quitaba los pantalones.

-Abre.- metió sus dedos en mi boca y los chupe por unos segundos, enseguida sus mano descendió e introdujo sus dedos de golpe en mí haciéndome soltar un gemido, empezó a embestir con sus dedos hasta que me sentí bastante húmeda.

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