Aparté la mano de Enzzo de un manotazo, mi plan para seguir a Florence va en proceso, me la quedó mirando fijamente y ella me sonríe. Pero Enzzo está con sus celos enfermos y cada dos por tres tira de mi minifalda.
-Déjame en paz carajo.
-Como puedes ir por allí mostrando lo que es mío.
-Qué más da si nadie puede tocarlo, y puedes concentrarte en lo que estamos haciendo.
-Debería estar follando en mi cama, no persiguiendo a una modelo escuálida por tus estúpidos celos.
-No son celos, que eso te quede claro. Es una venganza.
-No tienes quince años, solo acercate y metele un tiro.- suspiré.- fue mala idea decirte lo de acosarla.
-Si quieres follar, porque no corres a los brazos de Darina.
-¿Celosa?
-No, porqué sé que no le darás ningún motivo para acercarse a ti de forma romántica.- sonreí viendo a la mujer bailando en la pista, no puedo creer que estoy en una discoteca siguiendo a la amante de mi esposo.
-¿Darina? tendré libre mañana y me gustaría reunirme contigo en un lugar privado.- me giré de golpe y lo vi con el móvil en la oreja.- donde tu quieras es perfecto.
Intenté quitarle el móvil a la fuerza pero él levantó su brazo, empezamos a forcejear en medio del bar mientras intentaba quitarle el móvil, en una maniobra por parte suya, terminé con mi espalda pegada a la pared y él literalmente aplastandome con su cuerpo.
-Conmigo no creas que lo tienes todo, tu te lo ganas y si tu puedes tener un esposo, yo puedo tener un amante, y en ese caso, la amante eres tú, corderito.- su pulgar se deslizó en mis labios y luego sujetó mi barbilla con fuerza.- Si no terminas con Antonio y me das el lugar que me corresponde, me follaré a Darina solo para volver aún más loca.
-Capullo de mierda.- lo empujé y él sonrió maliciosamente, me mostró el móvil
-Sin batería, nena.
Rodé los ojos y busqué a la modelo, aún está bailando y haciéndose fotos con su grupo de amigas.
-Aceleremos esto, corderito.- guardó el móvil.- Quédate aquí.
Me crucé de brazos y lo vi ir hacia el selecto grupo, su mano se posó en la espalda de la modelo, la sangre se me heló cuando ella lo miró un poco asustada, Enzzo se acercó a su oído y ella ensanchó su sonrisa, sujetó su mano y la llevó a la barra.
-Puedo matarte ahora mismo pero tu polla sería un desperdicio.
Ella se sentó y él se quedó de pie encantando con su altura, ella lo mira fijamente y sonriendo, se que le gusta, porque yo también lo vería así, su mano se posó en sus bicep de manera sutil, también le delineo los tatuajes y supongo que preguntó por ellos porque él empezó a mostrarle sus brazos.
Me moví hacia la barra, pedí una cerveza ligera y presté atención a la conversación.
-...podríamos irnos a mi departamento, tengo una excelente colección de vinos y el jacuzzi tiene una vista estupenda ¿te gustaría verla?
-Eso me encantaría, primero debo ir al baño un segundo.
-¿Y quién me asegura que volveras? - le acarició el rostro, aprieto la botella con ganas de reventarcela en la cabeza.
-Te dejaré mi bolso, cuidalo, solo deja me llevo mi labial, no tardó- besó la mejilla de Enzzo y la vi irse hacia el baño.
-Ponle otro dedo encima y te cortaré la mano- dije poniéndome de pie, le sonreí falsamente y caminé hacia los baños.
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Red Romance
Teen FictionEl balance perfecto entro lo bueno y lo malo. El poder y la venganza nace en el seno de una mujer. La soledad y el amor se verán perversos y oscuros.