CAPÍTULO #19

72 7 1
                                    

ELIZABETH

Todos se quedaron de cotillas luego de contarle a Enzzo que mi padre quería conocerme, así que el trío se instaló sin invitación en nuestra casa.

-Quédate quieto.

Pasé la Bividi que tiene los agujeros más grande para su brazo con el cabestrillo Pero no dejaba de moverse y estaba perdiendo la paciencia.

-¡Enzzo!

-¡Ahhh, a la mierda!

Se quitó el cabestrillo y lo lanzó lejos, lo miré furiosa.

-No muevas un puto dedo, estoy harto de esa mierda- estiró lentamente el brazo, ya no tenía los puntos pero si una sutil cicatriz.- Joder....

-¿Te duele mucho?

-Me dolió más cuando no pude protegerte el Italiano maldito- dijo sin mirarme mientras abría y cerraba su mano.

Se terminó de poner la Bividi y me rodeó con sus dos brazos.

-Esto si es vida, poner una mano en tu maravilloso culo no es suficiente.

-Ay Enzzo, no tienes remedio.

-Normal, no sirvo para curar los males, yo los creo.

Me besó, un beso sin intenciones lascivas, solo un beso normal de pareja, se alejó y besó mi mejilla para luego recostar su cabeza en mi hombro.

-No me dejes, nunca más.

-Nunca más, te lo prometo.

Dieron dos golpes en la puerta.

-¿Si? - pregunté mientras le hacía mimos en el cabello a Enzzo.

-El almuerzo está listo señora- dijo Stephanie.

-Ahora vamos, Steph, gracias- besé la cabeza de mi marido y él suspiró profundamente.

-Que sepas que me importa una mierda si a tu papá no le parece que estemos juntos- se alejó y yo reí.

-Mi papá no interferirá en nuestra vida.

El comedor es una algarabía de risas y emociones lo que me recuerda que pronto será navidad y la casa no tiene ningún adorno, hace años no veo una casa decorada, ni en Italia, ni en casa de Robert se seguía esa tradición.

-¡CALLENSE!

Enzzo me abrió la silla y tomé asiento con una sonrisita.

-Porque cada que están en mi puñetera casa hablan y hablan, carajo...

-Tus hijos serán unos loros parlantes que tendrás que soportar por el resto de tu vida - amenazó Marie.

-No vamos a tener hijos, porque mi Karma hará que salgan como tú y me niego a tener que lidiar con eso.

-Cabron- le mostró su dedo medio y me crucé de brazos.

-Niños por favor- se quejó Victor.

Empezaron a servir y a todos se nos caían las babas por las suculentas costillas a la BBQ, todos empezaron a comer halagado la comida.

-¿Loki ya comió? - pregunté a Steph antes de que se vaya.

-Si, ya comió está durmiendo en el jardín.

-Vale, gracias.

Bebí un poco de vino y coloqué mi mano sobre su muñeca, él me miró mientras masticaba la carne de cerdo.

-¿Qué?- se limpió las comisuras.

-Navidad será pronto y, nunca en mi vida he tenido la casa decorada y me gustaría...

Red RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora