ELIZABETH
La semana después de mi boda fue estresante, tuve que buscar una casa para mí madre y mi hermano, despedí a papá y a Marie quien volvió a sus labores en el ejército, Derek se fue a Rusia a pasar año nuevo con su novia.
Mamá tuvo que estar en una corte por la custodia de Eddie y al final todo salió bien. También compramos una casa, bueno dos, me gustó una en la costa, con playa privada y demás, perfecta para las vacaciones.
Así mismo la oficina ya está lista y ahora Massimo y yo estamos en el proceso de selección.
-Gracias, siguiente- dije
Un joven ingresó, sonreí esperando a que tomara asiento pero sacó un arma de su cintura y me apuntó directamente.
-De pie, ahora y dile a tu perro que no interfiera o te meteré una bala en la cabeza.
Levanté las manos poniéndome de pie. Lyon se acercó con el arma en mano y negué, el hombre me tomó del brazo y colocó el arma en mi espalda baja.
Mire a Lyon, él ya sabe que tiene que hacer. Salimos de la oficina por la puerta trasera que no sabía que existía pero este hombre al parecer conoce el perímetro.
-Súbete- me subí a la camioneta negra con película oscura, mantuve la calma, quien conduce es una mujer de lentes de sol, cabello corto rojizo, gorra y cubrebocas.
-¿Qué es lo que quieren?
-Nos envían a desaparecerte, espero que tú esposo haya leído la carta, que confíado es.
-¿Están seguro de lo que están haciendo?
No respondieron, suspiré viendo a mis costados, las motos nos alcanzaron y sonreí, miré al chico de traje.
-Hubieras ganado más trabajando para mí empresa que haciendo el trabajo sucio, ahora vas a morirte.
-Callate puta- me lanzó una cachetada que terminó rompiendo mi labio, regrese mi mirada al chico.
-No sabes lo que has hecho, te vas a ir al infierno, el diablo te matará.
-No si yo te maté primero- colocó el arma en mi sien.
-No la mates estúpido de mierda, la quieren viva para torturarla- dijo la chófer.
Mi arma seguía en mi sien mientras el auto llegaba a una vieja fábrica, los custodios en la moto me han alcanzado y mi esposo llegará en cualquier momento.
Me bajaron del auto con el arma apuntando mi espalda nuevamente, camine entre la maleza y el olor a orines me hizo vomitar a un costado antes de entrar.
Me sentaron en una vieja silla, me amarraron los pies a la misma y las manos hacia atrás, sentí como la soga se rodó de mis tobillos, para atar una maldita cuerda no son buenos.
-Carajo- el chico se inclinó y, cuando sentí que quitó la cuerda, levanté mi pie y clavé mi tacón de aguja en su pierna haciéndole gritar, envolví mi piernas en su cuello y las apreté con fuerza.
-Suéltalo ahora- apuntó la mujer, hice más presión, sabía que ella no podía matarme.
Escuché el disparo que pasó cerca de mi brazo y solté al hombre que se alejó recobrando el aliento y sangrando un poco por la herida.
La puerta se abrió de golpe y un escuadrón entró armado.
-¡Al suelo, suelten las armas! ¡Tirala, ahora!
Ambos se tiraron boca abajo y lanzaron el arma, la mujer me miró y yo sonreí, Lyon se acercó y me desató, acomodé mi escote y vi a mi esposo entrar.
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Red Romance
Teen FictionEl balance perfecto entro lo bueno y lo malo. El poder y la venganza nace en el seno de una mujer. La soledad y el amor se verán perversos y oscuros.