Capitulo 16

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Toda aquella zona en donde se hallaban las harpías, la fénix y sus crías quedaron en completo silencio después de que Hefesto dijera aquellas palabras. Sorpresivamente el dios comenzó a caminar, teniendo una seria mirada este observaba a cada una de sus enemigas. De pronto él elevo su brazo derecho, esta acción hizo que su martillo de guerra el cual se encontraba lejos comenzara a moverse hasta finalmente empezar a flotar y luego salió disparado hacia Hefesto. En el momento en que el dios agarro su arma, de inmediato comenzó a moverlo con maestría y al finalizar. Este se detuvo mientras se colocaba en posición de combate.

Hefesto: ¿Qué están esperando? ¡Venga por mí, asquerosas criaturas!

Las harpías cambiaron las expresiones de sus rostros a uno de enojo, de pronto cada una de ellas gritaban ciertas palabras en un idioma diferente. En ese momento todas las harpías iniciaron a avanzar hacia el dios, este último sonrió.

Hefesto: Eso es, vengan...

Al visualizar a unas cuantas harpías que estaban a pocos centímetros cerca de él, en ese instante Hefesto inicio a mover su cuerpo para poder evadir algunos ataques. A su vez, el dios usaba su arma para defenderse pero también la utilizaba para atacar a sus enemigas. Todas aquellas harpías que recibieron un impacto por el arma de aquel dios, algunas le explotaron sus cabezas. Esto causo que una gran cantidad de sangre se esparciera por el suelo, también se pueden ver los sesos y los ojos de las harpías. Otras de aquellas criaturas habían recibido un impacto en sus pechos, esos impactos fueron tan potentes que hicieron que los huesos de las harpías se destruyeran y sus pedazos brotaran de la piel de estas.

Hefesto: Tienen una buena coordinación al realizar ataques en grupo... - Mueve su cabeza hacia su lado derecho evadiendo un ataque de sus enemigas -: También, puedo notar que ellas atacan a algunos puntos en específicos del cuerpo... - Al mover su mirada hacia su lado izquierdo, vio a dos de sus enemigos muy cerca de él -: Mierda, no me voy a poder defender a tiempo. ¡Maldición!

Las dos harpías al llegar hasta donde estaba el dios, inmediatamente estas utilizaron sus patas. Con sus afiladas y largas garras, estas dos lograron hacerle unas terribles heridas en los hombros a Hefesto. En el rostro de este último se pudo ver que se le formo una expresión de dolor.

Hefesto: ¡Maldición! Fui muy descuidado... - Lleva su vista en varias direcciones -: Todas ellas vendrán de nuevo... - Ve a las harpías que volaban por los alrededores -: Vaya, las harpías ahora mismo me ven como una presa mientras ellas creen que son las cazadoras... - Una sonrisa malévola se formó en su rostro -: Es lamentable que todo sea al revés, ellas son las presas y nosotros los cazadores...

Cuando las harpías descendieron a gran velocidad para iniciar sus ataques, para la sorpresa de todas estas. De varios árboles y arbustos comenzaron a salir numerosas lanzas de energía de color dorado, todas aquellas lanzas se aproximaron hasta todas las harpías y empezaron a atravesarlas. Muy pocas harpías lograron evadir aquellos ataques con dificultad, a unos cuantos metros se puede ver a una Harpía que estaba en cierta parte del cielo viendo como masacraban a sus compañeras. En el rostro de esta se formó una mirada de seriedad, de pronto la criatura elevo sus alas y creo dos grandes esferas de energía amarillas las cuales fueron lanzadas hasta Hefesto.

En el momento en que las esferas de energía estuvieron a seis metros cerca del dios, se logra ver que una gran llamarada de fuego la cual broto de unos arbustos logrando así envolver las esferas de energía. Repentinamente aquellas esferas explotaron, lo que provoco que una presión de aire se expulsara por los alrededores mientras era seguido de una cortina de humo que cubrió toda el área. 

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