Capitulo 24

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[Recuerdo.]

[Hora: 7:44 am.]

Encontrándonos en la isla que anteriormente era habitada por la fénix, nos vamos a localizar a unos cuantos metros lejos del sitio en donde estaban los tres dioses junto a la fénix. En aquella zona del bosque se visualizan a Hefesto y a la reina de todas las harpías, la distancia que tenían estos dos era de unos cinco metros. La expresión en los rostros de ambos era de seriedad, estos dos se veían fijamente a sus ojos.

Harpía reina: Espera. ¿Qué acabas de decir? - Arqueo su ceja derecha -: Tú. ¿Tú quieres conversar conmigo? ¡Ja! ¡Ja, Ja, Ja! - Comenzó a reírse -: Alto, espera un momento. ¿Me estás diciendo la verdad? ¿Es cierto que quieres conversar conmigo? - Ve al dios mover la cabeza en señal de afirmación -: Ay, esto sí que es gracioso. Pero, también interesante. - Su mirada cambio a una de seriedad -: Antes de asesinarte, voy a contestar cada una de tus preguntas. Vamos, no tengas miedo y has tus preguntas.

Hefesto: ¿De verdad, crees que me vas asesinar con mucha facilidad? Dime. ¿Por qué tú estás tan confiada, harpía?

Harpía reina: Déjame aclararte una cosa, pequeño imbécil. Solo tuviste suerte cuando me golpeaste en el rostro, además. ¡Ahora no voy a cometer el mismo error! ¡Yo no me seguiré confiando y estaré más atenta! Incluso, cuando comencemos a pelear. ¡Voy a ir con todo mi poder! ¡¿Lo has entendido?!

Hefesto: Sí, te escuche fuerte y claro... - Una sonrisa se formó en su rostro -: Entonces, yo voy a comenzar a hacerte las preguntas... - Mueve su brazo derecho y muestra tres dedos -: Tres preguntas, esa será la cantidad de preguntas que voy hacerte. ¿Te parece bien o quieres que reduzca la cantidad de preguntas?

Harpía reina: ¡Ya deja de hablar tanto y has tus preguntas! Me desesperas, maldito deforme.

Hefesto: Tampoco tenías que insultarme, estúpida... - Se cruzó de brazos -: ¿Por qué has enviado a tus hijas a esta isla? ¿Qué tenías pensado hacer cuando capturaras a Aurora y a sus bebes?

Harpía reina: Respondiendo a tu primera pregunta, el objetivo de mis hijas eran capturar a la fénix y traerla ante mí. Respondiendo a tu segunda pregunta, pues... - Engrandeció sus ojos del asombro -: Alto. ¿Cómo acabas de llamar a la fénix? ¡¿Esa fénix tiene nombre?! ¿Cómo es posible que ella tenga un nombre? - Vio con seriedad al dios -: ¿Fuiste tú? ¿Tú le diste un nombre a esa fénix, cierto?

Hefesto: Acaso. ¿Eso es importante? - Exhala con cansancio -: Solo responde mi segunda pregunta, harpía...

Harpía reina: Este maldito deforme... - En su rostro se formó una sonrisa -: De acuerdo, te contestare a esa pregunta. - Cerró sus ojos -: Como ya debes de saber, soy una harpía muy poderosa. Mi nivel de poder es superior al de un dios menor, incluso me atrevo a decir que estoy muy cerca de alcanzar el mismo nivel de poder que esos dioses griegos. Pero... - Abrió sus ojos -: Para poder alcanzar ese nivel de poder, yo voy a necesitar un pequeño impulso. Entonces, al hacer algunas investigaciones descubrí que por medio de un antiguo ritual puedo transferir los poderes de cualquier criatura a mí. - Observo que el dios la veía con enojo -: Oh, esa mirada que tienes. Dime. ¿Entendiste mis planes, verdad?

Hefesto: Tus planes consisten en capturar a Aurora y hacer ese ritual, de esa manera todos los poderes de Aurora iban a ser transferidos a ti. ¿Estoy en lo correcto?

Harpía reina: Es correcto, dios deforme. ¡Yo iba a obtener todos los poderes de esa fénix, y al tener sus poderes...! - Empezó a mover sus alas y a elevarse -: ¡Yo me iba a convertir en la harpía más poderosa que existe en este mundo! ¡Incluso iba a ser más poderosa que las otras reinas harpías! En especial. ¡Iba a volverme mucho más poderosa que esa idiota de tu madre!

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