Capítulo 20

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[Al día siguiente.]

[Hora: 7:18 am.]

Ubicándonos nuevamente en el monte olimpo, nos localizaremos exactamente en las afueras del templo el cual le pertenece a Hefesto. En aquel sitio se observa a la diosa Afrodita quien se encontraba de pie y a una distancia de unos cinco metros en frente de las escaleras que guían hacia la entrada del templo, se puede ver que esta tenía un hermoso vestido blanco ajustado que hacia lucir su escultural cuerpo. En el rostro de la diosa se ve que tenía una sonrisa confiada, de manera lenta Afrodita comenzó a caminar hacia las escaleras.

Afrodita: Toda la noche de ayer estuve pensando: “¿Cómo voy a lograr enamorar al idiota de Hefesto?”. Muchas ideas aparecieron en mi mente, pero. Lamentablemente una por una las fui eliminando porque, con la actitud que tiene ese imbécil conmigo. La gran mayoría de mis planes iban a terminar fallando... - Se detuvo cuando llego al primer escalón de la escalera -: Es por eso que tome la decisión de hacer una jugada diferente, primero lo que voy hacer es hablar con él. Le voy hacer creer a ese fenómeno que quiero ser su amiga y que me siento muy arrepentida por la forma en que le hable... - Empezó a subir la escalera -: Luego de que transcurra un par de días y me vaya ganando su confianza, es allí cuando iniciare a coquetear con él... - Cerro sus ojos -: Estoy completamente segura que ese idiota al ya tener cierta confianza conmigo, cuando comience a enamorarlo. Seguramente Hefesto empezara a sentirse atraído por mí... - Abrió sus ojos -: En el momento en que sienta, que dentro del corazón de Hefesto comience a nacer amor y atracción hacia mí. Yo de inmediato voy a utilizar una de mis numerosas habilidades para aumentar ese sentimiento, voy hacer que Hefesto este locamente enamorado de mí... - Se detuvo -: Cuando eso suceda, voy a empezar con mi plan para humillar a Hefesto... - Comienza a reírse -: Si que soy inteligente, soy mucho más lista que Atenea...

Voz de Aglaya:
¡Hey! ¡Afrodita! ¡Oye, detente!

Cuando la diosa escucho aquella voz conocida, esta se volteo de inmediato y vio a lo lejos a: Aglaya, Eufrósine y Talia. Estas tres se estaban acercando a gran velocidad hacia el sitio donde se encontraba Afrodita, la diosa al ver que aquellas tres llegaron hasta el primer escalón de la escalera. Esta cerró sus ojos por unos segundos y luego exhalo con cansancio para después abrir sus ojos.

Afrodita: ¿Aglaya? ¿Eufrósine? ¿Talia? - Vio que las tres nombradas estaban calmando sus respiraciones aceleradas -: ¿Y, bien? ¿Me van a decir, porque han venido hasta este lugar? - Se cruzó de brazos -: Espero que tengan una buena razón para venir hasta aquí, ya que me están interrumpiendo...

Eufrósine: Afrodita... - Trago saliva profundo -: No te vayas a enojar por lo que te vamos a decir...

Afrodita: ¿Ha? - Arqueo su ceja derecha -: Eufrósine, no piense demasiado en lo que vas a decirme. ¡Habla ahora, no te quedes callada!

Aglaya: Bu-Bueno, como decirlo...

Talia: Afrodita, perdiste tu tiempo en venir al templo de Hefesto... - Observo a la diosa que la miraba con enojo -: Antes de que me vayas a gritar o decir alguna tontería, yo hablare primero... - Se cruza de brazos -: Hace unos minutos atrás cuando estábamos caminando por los alrededores, nosotras logramos escuchar algunas conversaciones de unos cuantos dioses menores.

Afrodita: ¿Aja? ¿Y, porque me debería de importar la conversaciones de otros?

Aglaya: Pues, porque en esa conversación escuchamos algo interesante...

Afrodita: Aglaya, ya deja de darle tantas vueltas a este asunto y dime de inmediato. ¿Qué fue lo que escucharon?

Eufrósine: Al parecer Hefesto fue al mundo de los mortales... - Ve que Afrodita cambio la expresión de su rostro a uno de asombro -: Pero, él no fue solo. Por lo que escuchamos, Hefesto fue acompañado por la diosa Atenea y la diosa Hestia...

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