Capítulo 21

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[Presente.]

Ubicándonos nuevamente en la isla en donde se encuentran los dioses, nos vamos a situar exactamente en cierta parte de una de las tres montañas que hay en aquella extensa isla. En aquel lugar se observa el nido el cual está rodeado por numerosos árboles y arbustos, dentro del nido se puede visualizar a Aurora. Esta había finalizado la transferencia de su poder a los dos huevos, cerrando lentamente los ojos la fénix exhalo por el cansancio. Varias gotas de sudor bajaron por su frente, en ese instante ella movió su brazo derecho y con su antebrazo se secó el sudor. Cuando ella abrió de nuevo sus ojos, su mirada se fijó en sus huevos. La expresión en el rostro de esta empezó a cambiar a una de tristeza.

Aurora: No quisiera revelarle la verdad a estos tres dioses, no me gustaría decirle a todos ellos que yo... - Vuelve sus manos en forma de puño -: Yo soy una criminal, soy alguien que fue catalogada como una traidora a su especie. En verdad, no quisiera que Hefesto, la señorita Hestia y Atenea se lleguen a enterar que soy una criminal muy buscada en mi tierra natal... - Mueve sus brazos y observo sus manos las cuales temblaban -: Mis manos están llenas de sangre, yo asesine a muchos fénix e incluso asesine al rey y a la reina... - Cerró sus ojos -: Todo lo que hice, toda esa masacre que cause. Lo hice para poder ser feliz junto al fénix que amaba con locura, pero. Lamentablemente, no todos los planes llegan a terminar bien. Eso sucedió conmigo y con mi esposo... - Abrió sus ojos -: Todo el plan que hicimos para poder escaparnos de la tierra natal de nosotros, al principio todo estaba saliendo como lo habíamos pensado. Pero, al ir avanzando. Nosotros nos dimos cuenta de que algo andaba mal, y cuando ya estábamos por irnos. Fue cuando nos emboscaron las tropas del rey... - Varias lágrimas brotaron de sus ojos -: El rey junto a la reina y todos sus subordinados nos rodearon aquella noche, ellos querían evitar que mi esposo se fuera conmigo. Ya que, un príncipe no puede abandonar su hogar por una plebeya... - Llevo su vista hacia abajo -: Esa noche mi esposo les hablo a sus padres para hacerlos entrar en razón, él quería que sus padres me aceptaran a mí y a mis bebes como parte de su familia. Lastimosamente, el rey solo dijo: “Acaben con la vida del príncipe y asesinen a esa plebeya junto a los bebes que tienen”. Por un momento llegue a pensar que la reina iba a intervenir pero ella solo sonreía con malicia... - Dirigió su mirada hacia los huevos -: Su padre y yo luchamos contra todas las tropas del rey, acabamos con todos. Pero, en un acto cobarde el rey acabo con la vida de mi esposo atacándolo por la espalda... - Se abrazó así misma mientras temblaba -: Su padre murió en ese momento, sin poder renacer. Ya que el arma que tenía el rey, es un arma creada por los ciclopes con un material que proviene del mismo inframundo. Esa arma evita que los fénix puedan renacer, es decir. Cuando nosotros somos apuñalados por esa arma, nuestra muerte es definitiva... - Nuevamente cerró sus ojos -: Después de ver a mi esposo morir, yo explote en ira y usando todo mi poder logre acabar con el rey. Luego asesine a la reina, y cuando creí que ya iba a poder estar tranquila. Fue en ese instante que más soldados del rey llegaron... - Inhaló aire profundo -: Tuve mucha suerte de que esos soldados se quedaran paralizados al ver toda la masacre que hicimos mi esposo y yo, gracias a eso es que aproveche y me escape. Viaje durante varias semanas sin descanso hasta llegar a esta isla... - Exhala con cansancio mientras abría sus ojos -: Me pregunto. ¿Qué llegaran a pensar esos tres, si les llego a contar mi historia? Acaso. ¿Ellos tres me van a juzgar por mis acciones? ¿Hefesto se va a decepcionar de mí por lo que hice?

Voz de Hefesto:
Para que podamos entender la felicidad, primero es necesario la tristeza. Se necesita caos para poder apreciar la paz, y la ausencia para que valoremos la presencia. Esa es la gran belleza de la vida, todo lo bueno del mundo no puede existir sin lo malo. Aurora, sé que ahora mismo tus dificultades te pueden estar pareciendo abrumadoras. Pero, te prometo algo. Esto solamente te ha estado preparando para la grandeza que está por venir. Aurora, los mejores días de tu vida. Aún no han sucedido...

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