Capitulo 25

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[Hora: 6:29 pm.]

Situándonos de nuevo en el monte olimpo, nos ubicaremos exactamente en el interior de un templo el cual le pertenece a Zeus. Siendo un poco más específicos nos vamos a localizar en un largo pasillo en donde se puede ver al dios quien estaba caminando de manera rápida en vía recta mientras tenía una seria mirada formada en su rostro, detrás de este se visualiza a Hera. Esta se encontraba a dos metros lejos del dios, y en su rostro se le veía una expresión de seriedad.

Hera: ¡Alto! ¡Oye, Zeus! ¡Detente ahora mismo! ¡Zeus! - Avanzo rápido y se acercó a su esposo -: Zeus. ¡¿De verdad, te vas a ir así de simple?! - Vio con enojo al dios -: Ambos estábamos teniendo un excelente momento de intimidad. ¡Estábamos disfrutando del sexo intenso que estábamos teniendo! - Se adelantó a su esposo, luego se detuvo y vio que el dios se detuvo -: Zeus. ¿Qué sucede? ¿Por qué decidiste terminar nuestro momento? ¿Por qué te vas a ir así, y sin decirme a donde tienes pensado ir? - Observo que su esposo cerró los ojos -: ¡Oye! Zeus, ya deja de ignorarme y responde mis preguntas. ¡Ahora!

Zeus: Hera... - Abrió sus ojos -: Espero me puedas perdonar por haber detenido nuestro tiempo de pareja, pero. Tengo que salir... - Se cruza de brazos -: Espero que lo entiendas, Hera. Ya que, este asunto que debo de atender es muy importante...

Hera: ¿Importante? ¿Ese asunto es mucho más importante que tener sexo conmigo?

Zeus: ¡Ha! ¡Mierda! Yo lo sabía, sabía perfectamente que esto iba a ocurrir. - Suspiró -: Yo sabía que Hera iba a actuar de esa manera cuando me detuviera, y dejara de tener sexo con ella... - Ve que su esposa se cruzaba de brazos -: Pero, es que debía de detenerme. Si continuaba teniendo sexo con Hera, yo no iba a tener tiempo para ir a encontrarme con mi querida Leto. ¡Y, yo! ¡Yo quiero ver a Leto y tener sexo intenso con ella! - Exhalo con pesadez -: Debo de encontrar las palabras correctas para poder hacer que Hera me deje ir, y creo saber cómo voy a lograrlo... - En su rostro se formó una dulce sonrisa -: Hera, mi amada esposa. Seguramente te encuentras muy molesta porque me detuve, y no seguí teniendo sexo contigo. Pero, tienes que entenderme. Yo, yo soy el rey de todos los dioses olímpicos. Como rey tengo muchos asuntos importantes de los cuales tengo que atender, y creo que tú lo entiendes perfectamente. ¿No? - Observo que su esposa lo miraba con asombro -: Escucha, Hera. Yo debo de irme ahora mismo a atender ese asunto importante, pero te prometo que voy a volver pronto. - Movió su brazo derecho y con su mano inicio a acariciar la mejilla izquierda de la diosa -: Mi hermosa diosa, juro que cuando regrese. Yo voy a buscarte a tu templo, y en ese momento nosotros comenzaremos a tener un sexo tan intenso que terminaremos satisfecho por todo lo que hagamos...

Hera: ¡¿He?! - Sus mejillas se sonrojaron -: Ay, amor. ¿Desde cuando dices cosas así? Me avergüenza un poco, pero debo admitir que me gusta que me hables de esa manera...

Zeus: Ya que hemos aclarado las cosas entre nosotros, voy a irme...

Hera: Te acompaño hasta la salida de tu templo, amado mío...

Zeus: Muchas veces, Hera resulta ser una verdadera molestia. Hay veces en las que me gustaría amarrarla en una roca y dejarla allí durante varios días, de esa manera yo podría ir con todas las diosas menores y me acostaría con todas ellas. Sin estar preocupado de que Hera se entere de lo que estoy haciendo... - Suspiró -: En fin, será que me apresure y vaya a buscar a Leto... - Empezó a caminar -: Solo espero que Hera no descubra lo que voy hacer, si ella se llegase a enterar. Seguramente va a ser un dolor de cabeza...

Hera: Este, Zeus... - Al estar caminando, con el rabillo del ojo vio a su esposo que estaba a su lado derecho -: Como ahora estarás ocupado, supongo que no podrás hacer lo que te dije... - Observo que el dios la miraba con confusión -: ¿Recuerdas de lo que estuvimos hablando? Ya sabes, sobre los Ciclopes...

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