Capítulo 19

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[Hora: 10:59 pm.]

Encontrándonos una vez más en la isla en donde se hallaban los dioses, nos vamos a localizar específicamente en cierta parte de una de las tres montañas que hay en la amplia isla. En aquel sitio se visualiza el nido el cual estaba rodeado por numerosos árboles y arbustos, en el interior de aquel nido se puede ver a Hestia en su forma de niña quien estaba profundamente dormida cerca de los huevos.

A unos pocos metros del nido se puede observar a Hefesto quien tenía su mirada fija en la fogata que se ubicaba a dos metros delante de él, de pronto sintió un pequeño peso en sus mulos. Cuando este llevo su vista hacia abajo, en ese instante su ceja derecha se arqueo ya que estaba viendo a la fénix quien estaba acostada en el suelo y usaba el regazo del dios como almohada. De inmediato Hefesto aparto la vista de la fénix y la llevo hacia cierto sitio, en ese momento este observo a Atenea quien se encontraba profundamente dormida. Algo que llamaba mucho la atención es que ella y Hestia estaban cubiertas por una manta.

Fénix: Oye, tranquilo... - Ve que el dios la observo -: Hefesto, esa diosa está dormida... - Una sonrisa se formó en su rostro -: No creo que se vaya a despertar en estos momentos.

Hefesto: Bueno, tienes toda la razón. Es probable que Atenea y Hestia se despierten dentro de unas seis a ocho horas... - Exhala con cansancio -: Bueno, ya que ellas dos duermen. En especial, Atenea. No creo que vaya a ver algún problema, en que fénix use mis piernas como almohada... - Vio que fénix lo miraba directamente a los ojos -: ¿Sabes? Aun me sigue sorprendiendo que tú puedas cambiar tu apariencia, es la primera vez que veo esa habilidad...

Fénix: La apariencia que tengo actualmente, pues. Es mi verdadera apariencia, Hefesto... - Ve que el dios la veía sorprendido -: Seguramente tienes muchas preguntas que hacerme pero, yo prefiero adelantarme y decirte lo siguiente. - Lentamente cerró sus ojos -: Existe una ley en mi tierra natal, todos los fénix cuando salimos de nuestra tierra debemos de usar nuestra forma animal. Ya que, no podemos permitir que otras criaturas conozcan nuestras verdaderas apariencias... - Abrió sus ojos -: Aunque, también usamos nuestra forma de aves para evitar que alguna criatura o incluso un dios se llene de perversión al ver nuestras verdaderas apariencias y quiera violarnos...

Hefesto: Estoy 100% seguro que los líderes de todos los fénix conocieron a Zeus, o puede que hayan escuchado sobre él y es por eso que hicieron esa ley... - Su mirada cambio a una de seriedad -: No tengo pruebas pero tampoco dudas...

Fénix: Aunque, yo acabo de romper esa ley... - Lleva su vista hacia la fogata -: Yo les he mostrado a ti, a Atenea y a Hestia mi verdadera apariencia. - Dirige su vista hacia el dios -: Soy una tonta. ¿Cierto?

Hefesto: No, no eres una tonta... - Coloco su mano derecha sobre la cabeza de la fénix y empezó a acariciarle el cabello -: Pero, me da curiosidad una cosa. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos mostraste tu verdadera apariencia?

Fénix: ¿Quieres que sea honesta contigo, cierto? - Observo al dios mover la cabeza en señal de afirmación -: Pues, sinceramente no sé porque lo hice. Simplemente me descuide y volví a mi verdadera forma después de haber curado todas tus heridas...

Hefesto: No es la respuesta que me esperaba, pero. Me conformo con lo que me dijiste... - Lleva su vista hacia el amplio cielo nocturno -: Son hermosas. ¿No lo crees, fénix?

Fénix: ¿Hermosas? - Vio al dios quien movió la cabeza en señal de afirmación -: ¿Estás hablando de las estrellas, cierto? - Ve que el contrario nuevamente movió la cabeza en señal de afirmación -: Pues, desde hace mucho tiempo deje de fijarme en el cielo nocturno y las estrellas. Pero... - Observo el amplio cielo nocturno -: Al verlas ahora, puedo decir que estas en lo correcto. Las estrellas se ven tan hermosas...

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