Arturo no sabía lo que había pasado, él solo había actuado por instinto y ahora tenía a esa hermosa mujer en su brazos, aquella que lo había cautivado minutos antes con su bello color de ojos castaños. Sintió el calor de su cuerpo junto a ella y una descarga eléctrica le recorrió de nuevo.
Ocultando su condición física hacia la mujer, la sostuvo y la ayudó a levantarse. No la soltó de inmediato como debió ser, si no que se permitió sentir su calor por un momento más. Estaba tan cerca de ella que alcanzaba sentir su respiración.
"Oww... gracias, me salvaste de una mala caída - Sofía dijo con una sonrisa sin gracia.
"No fue nada..." - Arturo le respondió - y su mirada se dirigió a los tacones de sus botas.
Sofía leyó en su mirada una leve insinuación de reproche y estaba por decirle algo cuando notó que él no la había soltado aun.
"¿Le duele algo?" - Preguntó un poco compresivo, ofreciéndole una media sonrisa pero que le iluminó toda la cara hasta llegar a sus ojos.
"Sí, estoy bien, no me duele nada..." - dijo un poco avergonzada porque todavía sentía sus manos en su cintura y aparte estaba muy cerca de él. Pero por alguna razón que no pudo explicar, no se sentía mal con ese acercamiento, como con los otros hombres que trataban de tocarla otras veces, más bien fue lo contrario.
Arturo la soltó lentamente observando su hermoso rostro, mientras se sentía un poco sorprendido de todo lo que estaba pasando
En ese momento ella se volteó como si hubiese visto alguien, ese alguien era su hermana Irina a la distancia en medio de la gente.
"Perdón, me tengo que ir, gracias de nuevo - y salió apresurada detrás de ella. "La güera la iba a escuchar, OhSI !!" se dijo así misma
A Arturo le tocó solo verla desaparecer en medio de la multitud.
La distancia hasta el rancho no era larga, pero en todo el camino Arturo solo pensaba en aquella mujer y se preguntaba qué era lo que tenía para haberlo dejado tan perturbado y tan....no encontraba la palabra para definir lo que había sentido, fue una mezcla de inquietud con una atracción a la vez.
Arturo recordó como ella le había mirado y trató de mantenerse concentrado en la carretera, pero su recuerdo estaba tan latente que ni el manejo hacia el rancho, algo simple y ordinario, le hacía difícil controlarlo
Ella llevaba unos shorts corto de cuero marrón y botas cortas del mismo color que dejaban sus piernas bellas y bronceadas al descubierto para que fueren admiradas, y no solo eso, el escote de la blusa dejaba ver la curva de sus pechos....."Dios, párelo Arturo...ya!" - Se reprochó en pensamiento - "Concéntrate hombre o causaras un accidente"-se volvió a decir
Al llegar a la casa, él pudo oír a sus hermanos charlando felices y eso le había hecho sentirse bien, pues los momentos de pura alegría eran raros y una sonrisa jugó en sus labios.
Pero Arturo en si se sentía solo, tenía a sus hermanos y hermana, y aunque los amara tanto, en el fondo quería tener alguien más en su corazón y ese alguien podría ser de ojos castaños, cabello ondulado y labios dulces que le pedían ser besados.
Se preguntó si algún día la iba encontrar de nuevo y se dio cuenta de que por un buen rato su imagen le hizo olvidar de sus problemas.
Sus hermanos se dieron cuenta de su largo silencio y por bien conocerlo, decidieron respetarlo y se fueron cada uno a su habitación.
Mientras seguía pensando, el teléfono sonó, era el director del banco para cobrar de nuevo las cuotas de la hipoteca y eso le hizo volver a su dura realidad.
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Los Susurradores
FanfictionEn las llanuras abiertas del gran estado de la estrella solitaria nació un amor que va a cuestionar los valores y prejuicios de una das familias más ricas y poderosas del estado. Arturo - Es el mayor de cuatro hermanos, hombre sencillo, honesto y tr...