Sofía se apartó de él aturdida por el beso, de todos los besos que se habían dado este había sido el más ardiente, hambriento y que la había tomado la palabra.
"No Arturo, esto no puede haber pasado de nuevo" - dijo sintiéndose culpable por no haber sido capaz de resistir a él.
"¿Va a seguir negando lo que siente Sofía?"
"No se puede vivir todo lo que se siente"
"¿Por qué no? ¿Por un papel que la une a Montalvo? ¿Por qué acepta vivir con alguien que no la quiere? Qué la maltrata"
"Leonardo y yo hemos vivido muchas cosas, no lo entenderías y yo no soy el tipo de persona que miente, que engaña, ni sé cómo hacerlo"
"Y yo no pretendo que lo haga, sólo quiero que deje el miedo a un lado y que viva sin preocuparse por lo piensan lo demás"
"Arturo esto es un error, está mal, no debo....no mientras esté casada, sería deshonesto y egoísta de mi parte, yo no podría vivir conmigo misma."
"Y tampoco se puede vivir con la falta de amor, ¿por qué se conforma con tan poco, Sofía?"
Sofía decidió salir, pero Arturo la detuvo tomando su brazo y ella puso una mueca de dolor, entonces el subió la manga de la blusa y vio el moratón de la agresión de Leonardo.
"Por favor, suéltame, tu no entiendes..."
"Lo que no entiendo es cómo una mujer puede aceptar esto"
"Es mejor que no te metas en mi vida, Arturo" - dijo ella alejándose de él.
"Pos ya estoy en ella, aunque que se le haga difícil aceptar"
"Esto no puede ser, estoy casada y tú eres un...un extraño, esto es una locura..."
"Tal vez tenga razón, puede que sea una locura, pero esto ya no se puede controlar...lo sabe usted muy bien" - dijo acercándose a ella de nuevo.
"Arturo... por favor... "
"Acéptalo Sofía... que dice su corazón..." - dijo muy cerca de ella, en un pequeño susurro.
"No puedo..." - murmuró
"Sí, si puede..." - insistió.
"Ya no puedo evitar lo que siento por ti - murmuró apartando los labios para recibir su beso. "Tengo que irme" - dijo luego de que apartasen sus bocas.
"Sofía..." - el susurró.
"Por favor... necesito pensar, todo esto ha sido demasiado para mí" - dijo poniendo un dedo sobre sus labios para que no hablara más y luego se fue.
Más tarde Sofía estaba en la bañera y pensaba en lo que había sucedido en los establos, ¿cómo fue capaz de decirle que ya no se resistía? Todavía estaba sorprendida con su audacia, pero al mismo tiempo estaba feliz, de finalmente haber dicho lo que llevaba en el corazón, de alguna manera fue un alivio decirlo en voz alta, su voluntad era gritar para que todos pudieran oír que ella lo quería, que lo deseaba, que lo...- no completó el pensamiento y una sonrisa de felicidad le llegó a sus labios.
Al día siguiente
"Imbécil es lo que soy, eso me pasa por me fijarme en la mujer equivocada" - dijo Arturo a sí mismo cuando salía de la casa - había recibido un mensaje de que Leonardo quería verlo en la oficina y cuando llegó, los vio besándose - él y Sofía - después de que él pidió a ella que los dejara a solas, Leonardo le reclamó en tono de amenaza, por haber defendido a su mujer, el gran idiota - cuanto más pensaba en eso más se cabreaba.
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Los Susurradores
Hayran KurguEn las llanuras abiertas del gran estado de la estrella solitaria nació un amor que va a cuestionar los valores y prejuicios de una das familias más ricas y poderosas del estado. Arturo - Es el mayor de cuatro hermanos, hombre sencillo, honesto y tr...