Arturo volvió a casa y se quitó la camisa, sintiéndose frustrado, había discutido con Sofía y como si eso no fuera suficiente también había discutido como Fernández. Se había enojado cuando Fernández le dijo que la investigación de la muerte del Alma estaba cerrada, porque no habían encontrado nada que pudiera probar que ella no se había quitado la vida y eso él no lo podía aceptar.
Fue a la nevera y cogió unas cervezas, tal vez si se emborrachase, podía olvidar... olvidar que su hermana pequeña estaba muerta, olvidar que estaban muy lejos de descubrir qué pasó con ella y finalmente tratar de sacar de la cabeza a una hermosa morena que insistía en invadir sus pensamientos.
"Sofía" pensó... y es que no podía aceptar que lo que estaba pasando entre ellos era un error, "¿por qué es tan difícil dejar de pensar en ella?" se preguntó - No era más que una niña rica, malcriada y caprichosa y si eso no fuera suficiente, era la hija mayor de Ignacio y Cayetana, la mujer que había humillado y maltratado a su hermana, y encima era una mujer casada, pero nada de eso le impidió de sentir lo que sentía por ella.
Suspirando Arturo comenzó a beber la cerveza que tenía en su mano... tal vez podría olvidar, aunque fuera por un rato, pero lo necesitaba.
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Sofía iba por el pasillo cuando vio la puerta de la habitación del abuelo abierta, entonces adentró para darle un beso de buenas noches, pero lo encontró dormido y ya se iba cuando vio un sombrero blanco en la silla, se acercó y lo recogió, sabía a quién pertenecía - le vino a la mente la imagen de Arturo mirándola mientras ella estaba en la ventana de su habitación, el otro día.
Cada vez que lo veía o tan solo pensaba en él, su cuerpo reaccionaba, la atracción que sentía por él era tan grande, que sentía su presencia mientras tenía el sombrero en sus manos, pero algo entre ellos era imposible, eran de mundos diferentes, su familia nunca aceptaría a alguien como él, principalmente su madre, que era tan estricta con las posiciones sociales, siempre preocupada por la opinión de los demás y, por encima de todo eso, ella estaba casada, no tenía derecho siquiera a pensar en tener algo con un hombre, no era correcto - eso le decía su cabeza - pero su cuerpo y su corazón le decía todo lo contrario - confundida y dividida, salió de la habitación dejando el sombrero con sus pensamientos.
Día Siguiente - Rancho del Junco
Arturo estacionó la camioneta en el mismo lugar de siempre, cuando oyó el sonido de un disparo y mirando hacia este vio que era Leonardo quien estaba disparando a un blanco cercano.
"Vayan a cambiarse Flavio, Samuel tengo que hablar con aquel allí... y tu Samuel ve arreglar las cosas con la señorita Andrea" - dijo Arturo.
Samuel asintió y se fue hacia donde se encontraba ella.
"Ten cuidado, no seas impulsivo, él nos puede enviar a la calle" - dijo Flavio mirando en la misma dirección que Arturo.
Arturo asintió y se acercó a donde estaba Leonardo.
"Aquí estoy señor Montalvo, ¿qué quería hablar conmigo?"
"Bueno, creo que tenemos que hablar los tres, tu, mi mujer y yo, ¿no?"
En ese momento Sofía salió de la casa y se acercó a ellos.
"Leonardo, me dijeron que querías hablar conmigo..." - Paró de hablar cuando notó la presencia de Arturo, mientras Leonardo la abrazaba poniendo uno de sus brazos sobre sus hombros.
"Sí mi amor, yo quería hablar con él, tu y yo juntos" - dijo besándola suavemente en los labios.
"¿Qué es lo que pasa Sr. Montalvo?" - Le preguntó Arturo molesto por la escena que tenía delante de si, no podía soportar eso por más tiempo.
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Los Susurradores
FanfictionEn las llanuras abiertas del gran estado de la estrella solitaria nació un amor que va a cuestionar los valores y prejuicios de una das familias más ricas y poderosas del estado. Arturo - Es el mayor de cuatro hermanos, hombre sencillo, honesto y tr...