Capitulo 48 - Conversaciones sospechosas

324 14 4
                                    

Flavio y Arturo habían terminado de tomar el desayuno pero se quedaron un poco más, en la mesa de la cocina, platicando.

"Irina se puso terca, porque quiere que nos casemos, ¿qué te parece? – Flavio le conto a Arturo, preocupado.

"Cada día tenemos menos tiempo para que se enteren de la verdad" - Arturo respondió con el semblante sombrío.

"Estoy dándole la vuelta a todo, pero no sé cuánto tiempo voy a poder hacerlo, ya estoy cansado de toda esta tensión, carnal, me están saliendo canas, enserio!" - Flavio dijo, con impaciencia.

Arturo sólo suspiró pues sentía que el momento que más ha temido se estaba acercando

"¿Qué te dijo Lucía sobre el collar?" - Arturo preguntó, al fin.

"Que fue un regalo de Ignacio y estaba con Alma cuando ella lo escondió y eso no fue todo, me dijo que le había dado un regalo más grande, pero le pidió que no dijera nada hasta que Ignacio le pidiera la mano"

"¿Un regalo más grande?" - Arturo preguntó, interesado.

"La casa carnal, Soledad tenía razón, ella vio un documento que pasaba la casa a nuestro nombre, pero ya sabes cómo es Cayetana, seguramente lo destruyó" - Flavio dedujo.

"Si así fue, mejor, yo nunca iba a reclamar una casa que le dieron como regalo a nuestra hermana, mejor olvídalo" - pidió Arturo, todavía preocupado.

En ese momento Flavio levantó y agarró una taza que había guardado, una en la que Verónica había tomado café cuando fue a la casa y lo puso en una bolsa de plástico.

"Voy a llevar las pruebas de ADN de Verónica al laboratorio, aquí van a tomar la muestra y pronto vamos a saber si ella es nuestra hermana" - anunció.

"¿Se supone que tiene que tener el consentimiento de la otra persona, no?" - Arturo preguntó en duda si sería posible hacer la prueba sin dicha aprobación.

"Ay carnal, confía en mí, tengo mis contactos" - Flavio le contestó con una mirada pícara.

Más tarde Arturo ya había llegado al rancho Alcázar, pero antes de comenzar la jornada de trabajo se reunió con los vaqueros y les dio unas palabras de aliento, incluso les prometió que iba a hablar con Beatriz, la dueña del rancho y pedirle un aumento de sueldo para ellos, ellos se quedaron muy entusiasmados con la noticia y confirmaron su lealtad a Arturo como administrador del rancho y renovaron el espíritu que tenían al trabajar allí.

Después de que los vaqueros se fueron a sus puestos de trabajo, Arturo decidió inspeccionar la cerca, montado en su caballo, para asegurarse de que todo estaba dentro de la normalidad. Después del incidente que había ocurrido, no quería que eso pudiera volver a suceder.

Fue cuando vio a Leonardo acercándose al lomo de un caballo castaño, al lugar donde Arturo se encontraba, ya con una expresión de provocación en la cara.

"Era a ti a quien estaba buscando Arturo Rey, tenemos algunas cosas de que hablar" - dijo en un tono arrogante.

Arturo sostuvo la mirada cínica de Leonardo pero no cayó en su provocación, no le iba a dar esa satisfacción.

"¿Y de que tenemos que hablar Montalvo? que yo sepa, entre nosotros no hay nada de qué hablar"

"Tu nuevo puesto de peón te quedó grande, Arturo Rey" - Leonardo volvió a provocar, con una sonrisa irónica en la esquina de su boca - ¿o ya olvidaste que tumbaron la cerca y se llevaron el ganado de Cayetana?"

"No me puedes acusar sin pruebas" - Arturo contestó, manteniendo el semblante sereno.

"No necesito pruebas cuando se trata de un farsante como tú y tus hermanos".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 05, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los SusurradoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora