Los Susurradores

Capitulo 38 - Reconciliación al sonido de "Fallin"

Hola, al fin el capitulo de reconciliación. Recomiendo que deen play al video arriba, cuando empecen a leer la pagina dos del capi. Espero que lo disfruten. Gracias y besitos. <3

Al oír la confesión de Sofía, Arturo sintió como si un rayo le hubiera atravesado por todo el cuerpo, sintió una inyección de adrenalina que hizo su corazón latir más fuerte y entonces fue como si se relajase... vino una calma, una paz que hacía mucho no sentía .

Miró, con una mezcla de enojo, alivio y encantamiento, a la mujer frente a él. Él siempre lo supo, lo sentía dentro de él, que el hijo era suyo, su hijo - pensó - su voluntad en ese momento era salir gritando, agarrarla por la cintura y ponerla en lo alto, girarla como un hombre feliz, pero se contuvo y una sonrisa comenzó a brotar de sus labios, tomando todo su rostro, sus ojos y la atrajo más hacia a él.

"Mi hijo... nuestro hijo - repitió tocando su vientre, casi incapaz de creerlo - ¿por qué me lo ocultaste? casi muero de dolor, por esta maldita duda, esta incertidumbre". - dijo el mientras aseguraba su rostro en las manos.

Sofía solamente sonreía mientras veía su propia felicidad estampada en el rostro del hombre que amaba, en ese momento se olvidó de todo, sólo podría pensar en que por fin estaba compartiendo esa alegría con él, con su amor, y ahora los dos iban a luchar contra todos, por ellos y por el hijo que los unía más.

- ¿Sabes qué?, no ... no me digas nada ahora, no vamos a estropear este momento - nuestro hijo - dijo de nuevo como si hablando en voz alta varias veces se hiciera más real, por último la abrazó y la besó como si fuera la primera vez.

"Te amo chaparrita, los amo." - dijo con las manos en su cintura, mirando a su vientre de nuevo y luego se perdió en sus bellos ojos castaños.

"Y yo a ti, mi rey" - dijo, y volvieron a besarse, incluso después de la música haber terminado.

Salieron del sitio donde estaban y Arturo manejaba por la avenida. Sofía andaba perdida en sus pensamientos, sintiéndose feliz, mientras lo miraba conducir. Dios, cómo amaba a ese hombre, como lo había echado de menos, su toque, su olor, su abrazo, su cuerpo, su apoyo, todo! Fue entonces que miró por la ventana de la camioneta y vio que Arturo no estaba yendo a la casa.

"¿A dónde vamos, amor?" - le preguntó echando una mirada curiosa.

"Es una sorpresa" - contestó Arturo con una media sonrisa que le era peculiar, dándole un guiño de ojo rápido y luego volvió a centrarse en la carretera.

Media hora más tarde ya estaban en el ascensor de un hotel en el centro de Houston, se miraron con ansiedad y no podían esperar llegar a la habitación. La separación dejó su huella y el deseo que sentían uno por el otro los estaba consumiendo en esos instantes.

Cuando Arturo puso la llave y abrió la puerta, ya estaban fundidos en un beso apasionado, aferrándose el uno contra el otro. Entraron formando círculos, y los dientes de él rasparon la garganta de ella. Sofía ni siquiera se dio cuenta cuando su bolso se cayó al suelo.

"Cómo te extrañe chaparrita" - dijo con voz ronca y ahogada mientras le daba besitos en el cuello subiendo y pasando la lengua por la punta de la oreja.

En medio de la nube de deseo que se apoderaba de ella, Sofía pudo echar un vistazo rápido en la habitación, grandes ventanas, espejos, colores neutros, una enorme cama e incluso sintió el olor de las flores en la habitación

Arturo pasó las manos por sus piernas y las metió dentro del vestido haciéndolo levantar un poco, entonces ella hundió sus dedos en los músculos de sus brazos y fue hasta el cuello, acariciándolo, enredando luego sus manos en su cabello, tirándolo lentamente hacia ella. Entonces lo oyó gemir en voz baja, y lo beso con ansias.