Capitulo 22 - Autodefensa y celos

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Sofía bajo a la cocina y vio a Soledad y Pablo en ella, de repente la criada adentró llamando y diciendo que una de las yeguas estaba pariendo, al oír esto Sofía fue de prisa a los establos.

A Pablo eso le pareció raro y le comentó a Soledad que no había ninguna yegua a punto de dar a luz y ella le dijo que tal vez la criada se había equivocado.

Sofía llegó a los establos llamando a los vaqueros que deberían estar allí, pero ninguno de ellos le contestó, fue cuando apareció Leonardo.

"No hay ninguna yegua pariendo, fui yo! quien te mandé llamar y envié a los vaqueros para revisar algunas cosas para mí y no deben estar de vuelta antes de dos horas, así que solo yo! escucharé todos tus placeres" - dijo en tono desagradable.

Sofía se sintió acorralada y con miedo de lo que Leonardo le decía, estaba a punto de salir corriendo de allí cuando él la agarró.

"¿Dónde crees que vas? Primero me vas a decir dónde y con quien estabas" - dijo el con agresividad.

"Eso ya no es problema tuyo, entre nosotros ya no hay más nada, solo quiero que firmes los papeles del divorcio y que me dejes en paz" - dijo molesta.

"¿Que papeles? ¿Qué papeles? - preguntó el mientras le daba una cachetada - Si algún hombre se atrevió a ponerte una mano encima le voy arrancar toda la piel" - dijo mientras la agarraba por los brazos"

"Suéltame Leonardo, suéltame..."- rogó Sofía mientras luchaba con él, pero él no la soltó y la tiró al piso lleno de heno de una de las caballerizas.

Leonardo entonces se quitó la camisa y luego fue hasta ella manteniéndola atrapada debajo de él en el suelo, Sofía continuó luchando y gritando en desespero, pero él era muy fuerte y cuando ya creía que no iba lograr soltarse, alcanzó un bisturí que estaba en la bolsa de urgencias y lo hirió en la espalda con el objeto.

Al sentir la herida, Leonardo la soltó y se puso a gemir reclamándole que lo había dañado y luego se desmayó. Sofía se quedó allí llamando su nombre tratando de hacerlo reaccionar.

Aún agobiada porque Leonardo no reaccionaba, llamó al 911 desde su celular y unos minutos después ya estaban en camino a la clínica.

"Solo esperaba que no fuera nada grave, pues solo lo hizo para defenderse de ese patán" - pensaba ella, suspirando de alivio porque él no había podido hacer lo que pretendía.

Al llegar a la clínica Leonardo fue llevado para ser atendido pero antes Sofía le preguntó al médico como estaba y le contestó que había perdido mucha sangre y que podría tener un paro cardiaco en cualquier momento.

Al oír eso Sofía quedó más agobiada y solo después de un tiempo, supo qué Leonardo estaba fuera de peligro pudiendo calmarse un poco

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Luego de despedirse de Sofía, Arturo fue para la taquería de Juana, se acercó a una de las mesas y se acomodó. Juana lo vio y le preparó su plato favorito, destapo una cerveza y la llevo hacia él.

"Aquí está mijo, tu chile y una chella y mucho cariño para mi Gallardo consentido."

"Ah Juanita te vas directito al cielo, deberías estar en un altar" - dijo sonriendo.

"Sí, y como no si yo puedo leer tu estómago e incluso tus pensamientos" - dijo ella sentándose para hacerle compañía.

"Yo lo sé y por eso es que no puedo ocultarte lo que me está pasando"

"Es sobre Sofía Del Junco ¿no? Desde el día en que me dijiste que estabas involucrado con ella, me tienes preocupada Arturo"

"Sí, para que te voy a mentir Juana, por mucho que traté de evitarlo..."

Los SusurradoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora