Su Majestad (+18)

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ADVERTENCIA: Este capítulo no tiene trama, sólo 1600+ palabras de puro SMUT/LEMON. Si a ti te molesta el contenido sexual explícito, FAVOR OMITIR ESTE CAPÍTULO...

Sigues bajando, cochinota? 

Es la última advertencia, Diosito te va a castigar

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Hades empuja a Maléfica contra la pared y aprisiona sus manos sobre su cabeza. Ella le deja libre el camino para que ataque su cuello y él lo hace impacientemente, casi como si fuera un vampiro.

La ha extrañado demasiado. Una semana sin ella había sido una tortura y ahora tenía demasiada ropa estorbándole el paso.

Él se desespera, no quiere ni puede tomarse el tiempo de desabrochar ese incómodo corset de cuero que ella siempre trae puesto y decide usar sus fuerzas para rompérselo. Ella se disimula su molestia pues cuando la despoja de su blusa y siente sus labios atacando sus pechos, el enojo desaparece.

Maléfica arquea su espalda recargada en la pared. Disfruta de la voracidad de sus lamidas que se intercalan con succiones y mordidas y se estremece cuando él baja por su torso hasta su ombligo.

Una vez que el camino de piel se le acaba, Hades vuelve a hacer uso de su fuerza para deshacerse del short y las medias que lo acompañan. Ella se desbalancea un poco, pero a él eso no le importa porque ahora la tiene completamente desnuda y a su merced. 

Ella espera que baje más, que comience a tocarla, pero él no se arrodilla ante nadie y ella no sería la excepción.

-Me has tenido muy abandonado- Menciona antes de levantarla aún recargada en la pared y sentarla sobre sus hombros, dejándole el camino libre para que su boca empiece a explorar su entrepierna.

Ella se muerde el labio disfrutando a ojos cerrados de la lengua traviesa de su novio que sube y baja y que entra y sale con maestría y desesperación.

-Demasiado, demasiado, DEMASIADO abandonado...¡Y eso no me gusta!

Con movimientos rápidos pero cuidadosos la baja de nuevo y la toma del brazo bruscamente. Él la dirige hacia su trono de ébano y la deja azotar contra el piso. Para cuando ella levanta la cabeza, el Dios se ha deshecho de toda su ropa.

Hades se sienta en su trono a piernas abiertas y la toma por los cuernos para acercarla. Ella lo mira con falso desprecio, pues en realidad le encanta estar siendo humillada. 

-Abre la boca - le exige.

Pero ella se rehúsa. 

-¡Tu Rey te ha dado una orden!- Él la abofetea sin ejercer más fuerza de la necesaria y ella libera un delicado grito que a él le parece excitante. Su miembro ya está impaciente, esperando por esa mujer que aún se resiste a acercarse.

Hades la jala de la coleta alta como si fuera su rienda y la acerca hasta él. Desde su trono Maléfica se ve como la más sumisa esclava arrodillada ante Su Majestad.

Ella abre la boca tímidamente y comienza a saborear la punta haciéndolo soltar un suspiro. Él lo disfruta, deseoso de más.

-Hasta el fondo- ordena con tono firme y autoritario y ella lo obedece.  El corazón del Rey de los muertes da un brinco cuando siente la humedad de su boca rodear su piel aún sin el ritmo deseado.

Ella sabe hacerlo bien, pues se lo ha devorado a la perfección con anterioridad, pero se hace la inexperta. Desea que él la guíe, ansía que él la obligue, pero las ganas de escucharlo gemir la sobrepasan. 

Él se recarga en el respaldo de su trono y coloca las manos sobre los reposabrazos con grandeza.  Maléfica se ha acomodado más cerca para tomar el pene de su amado y meterlo por completo en su boca. 

Historia de un amor agridulce (Hades x Maléfica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora