Cicatrices

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Contenido +18. Nada muy explícito ni fuerte. 

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Maléfica apenas podía mantenerse en sus cabales. ¿Cómo podría hacerlo? Si cada centímetro de su cuerpo estaba retorciéndose del más ansiado placer.

En medio del bosque y a la luz de la luna nadie los veía, por eso se daba el permiso de dejarse llevar por cada uno de los besos que Hades le estaba dando en el cuello con calma, como si fuera una tortura que él estaba disfrutando otorgándole.

Así que mientras él acariciaba de arriba a abajo con angustiante lentitud las piernas de Maléfica, ella se veía obligada a enredar los dedos entre su cabello azul; y mientras él disfrutaba del sabor de su piel, ella sólo atinaba a suspirar.

De pronto, las manos de Hades empezaron a ser más aventureras. Con su novia a horcajadas, recorrió sus muslos rasgando las medias que lo separaban de la suavidad de su piel y luego se deshizo del corset y la blusa que le impedía sentirla en todo su esplendor.

-Eres demasiado perfecta - le susurró mientras delineaba su figura por los costados, desde la cadera hasta los pechos que tanto estaba deseando probar.

Fue inevitable que ella buscara suplicante sus labios y los uniera en un beso lleno de la pasión que tenía contenida. La sensación de su novio gimiendo en su boca fue demasiado provocadora, tanto, que ella no pudo evitar empezar a mover la cadera para invitarlo al acto.

Él gruñó por lo bajo sintiendo como su miembro exigía ser liberado del pantalón y tomar a Maléfica. La presionó contra sí, deseando arrancar la ropa que aún llevaba puesta, pero cuando sus manos comenzaron a tocar su espalda, ella inmediatamente se estremeció.

Quizá fuera por la forma en la que Maléfica había clavado las uñas en sus hombros, por el cómo había escondido su rostro entre su cuello o por la manera en la que ahora estaba temblando, que el Dios del Inframundo desvió las manos de su camino y las regresó a la cadera.

-¿Sucede algo? - le susurró al oído intentando no parecer preocupado.

Pero no respondió y cuando las lágrimas comenzaron a mojar la playera de Hades, ella tampoco pudo continuar moviéndose.

En un movimiento inesperado pero gentil, el dios cargó con el peso de Maléfica y se recostó en el suelo con ella apoyada sobre su pecho, posando una mano sobre su cadera y una más acariciando su nuca hasta que ambos quedaron profundamente dormidos.

...

Al despertar, lo primero que hizo Maléfica fue darse cuenta de la respiración de Hades, completamente tranquila y despreocupada, pero presente.

La última vez que ella recordaba haberse quedado dormida con un hombre, el dolor y la desesperación se habían apoderado de su cuerpo. En ese entonces no sólo las heridas del cuerpo le habían hecho sentir ultrajada, sino que el dolor de la traición le habían destrozado el corazón.

Eso había traído un profundo resentimiento acompañado de inseguridad sobre ella, sobre su poder y sobre su cuerpo. Pero ahora Hades estaba con ella, tan sereno como si no le hubiera arruinado la noche con su silencio; como si no hubiera echado a perder el momento de su primera vez juntos.

-¿Te sientes mejor? - habló Hades aún con los ojos cerrados-

Ella se mordió el labio, meditando un poco en qué responderle, pues notó que aún cuando había quedado con el torso desnudo, él no se había atrevido siquiera a tocar o cubrirle la espalda con tal de evitar incomodarla.

-Lo lamento- susurró contra el pecho de Hades.

-Podemos irnos si lo deseas

Las lágrimas comenzaron a juntarse nuevamente en los ojos de Maléfica al sentir que lo había arruinado, pero Hades sólo volvió a acariciar su nuca para indicarle que no estaba enojado.

-Me hicieron daño-dijo entrecortado después de un par de minutos

Hades abrió los ojos por fin, atraído por la preocupación que generaron esas palabras.

-¿A quién debo matar? -sentenció entre dientes.

Ella negó con la cabeza.

-...¿Qué clase de daño?

Ella se ensimismó nuevamente, ocultando su rostro y tomando la playera de Hades entre sus puños.

-No tienes que decirme si no quieres...

-Mis alas

Él entendió inmediatamente la situación. Debatiéndose entre si lo que estaba haciendo era correcto, comenzó a subir sus yemas suavemente por su espalda. Ella temblaba por los nervios, pero cuando llegó a sus cicatrices él ni siquiera se inmutó. Al contrario de lo que Maléfica pensó que pasaría, Hades recorrió con delicadeza el largo de las heridas una y otra vez.

-Doy asco, ¿no es así?...

El Rey del Inframundo rió bajito y luego la movió gentilmente.

Ella se hincó a un lado abrazándose a sí misma para cubrir su desnudez y cuando él se incorporó se quitó la playera sin dudar un segundo. Con ello reveló que de pecho a espalda, pasando por su cintura y parte de sus brazos, una colección de cicatrices adornaban la mayoría de su piel.

-Son heridas de guerra, cada una con una historia diferente. Algunas fueron hechas por mi padre... En las piernas hay más, por cierto.

Maléfica abrió ligeramente la boca sin darse cuenta. No sabía exactamente qué tanto debía quedarse mirando o cuáles preguntas eran las correctas para realizar pero su novio ayudó con la incomodidad y tomó su mano para que explorara una de las cicatrices más largas que atravesaban de lado a lado su pecho.

Ella accedió con timidez y dejó que su novio guiará sus dedos. Sintió cada textura, se imaginó cientos de historias y luego sólo lo miró sonreír levemente.

-No estás sola en esto, Mali.

Ella le devolvió una media sonrisa con complicidad y se giró para dejarle ver sus propias cicatrices que eran menos, pero notablemente más gruesas que las de él.

-La recompensa por ellas fue una corona.

Hades la escuchó un resumen de la historia en silencio, con el enojo aumentando por todo su cuerpo. En ese momento era capaz de ordenar a Thanatos ir reino por reino recolectando las almas de cada uno de sus gobernantes si ella así se lo pedía.

Sin embargo, el hada no habló más. No dijo nombres, fechas ni ubicaciones, sólo se recostó en posición fetal y comenzó a llorar tan desolado y doloroso que el frío corazón de Hades sintió estrujarse junto con el de ella.

Maléfica ocultó su rostro entre sus manos al sentirse tan vulnerable y frágil. Los dioses y la existencia misma sabían cuánto se estaba esforzando por forjarse una reputación entre los reinos, la academia y el resto de futuros villanos, y ahora un simple recuerdo la estaba desmoronando.

Al no escuchar ningún ruido más allá del de su llanto, asumió que Hades había sentido lástima y se había ido, pero antes de siquiera decidirse a voltear, sintió la gentileza de sus besos aterrizando en las raíces de sus alas.

-Sigues siendo perfecta para mí.

Y con las manos de Hades envolviendo su cintura, Maléfica se sintió protegida y aceptada. 

 Por primera vez sintió que todo estaría bien. 


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Hey! 

No sé qué tan feliz estoy con el resultado. Realmente quería que fuera una situación más romántica pero simplemente no sé, nunca he sido muy buena escribiendo romance, pero quiero intentarlo más, asi como situaciones escolares... 

¿A ustedes les gustó?  Espero que sí. 

Me harían feliz con sus comentarios, realmente así sabría qué les va gustando, qué no y qué les gustaría leer. Además me motivaría bastante ^^ 

Nos leemos en otra ocasión. 

Historia de un amor agridulce (Hades x Maléfica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora