Capítulo 18: Sueños derribados y esperanzas marchitas.

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Dedico este capítulo a un amigo que apareció de pronto y se ha quedado atrapado entre estas páginas. @Angel_jovovich

...Saltaré entonces a la gran eternidad
¡donde la risa es sin final!
Y para el dolor…
¡lugar no habrá!
Pues seré libre,
¡Seré libre de verdad!...

Jeremías pov:
La carta…
Esta carta teñida de dolor dice…
¡Que yo no soy su hijo! Y… mi madre… mi madre le había ocultado todo lo que ocurrió, dice que yo soy producto de una asquerosa violación.

Al leer esto estoy al borde de un colapso psíquico; no sé si llorar, gritar, maldecir o… resignarme y aceptar mi cruel destino; estoy boquiabierto, extenuado y como en un trance mortal y diabólico del que deseo huir a toda costa, pero es imposible impedir y detener.

Ahora entiendo por qué Jaime nunca ha enviado ninguna carta para saber algo de él, y por qué nunca regresó.

¡Su maldito orgullo de hombre herido y engañado fue más fuerte que su amor de padre!

Aunque nunca fue mi padre, pero al menos pudo haberlo intentado o siquiera pudo haberme dado una explicación y no hacerme pasar por tanto dolor sin saber por qué.

Esto me hace entender de una vez por todas que mi vida es un desastre, pues todo lo que creía que me amaba y yo amo me abandona indefectiblemente, ¡Ja! ¡La vida (o la parodia de vida que llevo) es una vil mentira!, una horrible jugarreta del destino cruel que me ha tocado enfrentar, a todas estas yo no sé siquiera quien soy en realidad, una sucesión de dolorosas y punzantes preguntas se clavan en mi alma: en consiente, subconsciente e inconsciente.

¿Quién soy?

¿Una aberrante creatura que no debió nacer, un ser destinado por la cruel Providencia a plagar de odio y muerte a mi familia?

¿Un error en los planes perfectos de un Perfecto Creador?

¿Quién soy en realidad?

¿Una inquietante y acérrima convulsión de deseo sexual expresada por un hombre desquiciado que deseó con desenfreno desgraciar a mi madre haciéndola suya y así hacerse con el placer de poseerla por encima de todo?

¿Por qué tuve que nacer yo de aquel oscuro suplicio?

¿Por qué tuvo Dios que decidir por mí entre nacer y morir, y tomar la Suprema y absurda decisión de abrir mis ojos a este mundo corrompido?

¿Acaso deseaba yo nacer, deseaba yo la vida?

¡NO, NO!, ¡NO!

¿Merecía yo esta vida en que todo es mentira y falsedad a mi alrededor?

No puedo confiar en nadie ni aun en mi tía, pues ella también me ocultó todo esto.

¡Jaime jamás volverá!

Todas mis esperanzas de volver a verle se desvanecen con estas letras de dolor en un segundo, todas mis ilusiones se desplomaron en un instante, mi corazón hoy está destrozado, y sangra sobre la lápida de mi alma, no quiero vivir más, la muerte es mejor que la vida, mi vida hoy más que nunca no tiene ningún sentido.

Voy camino a casa y veo a todos reír, los niños jugar, los padres abrazar con fuerza a sus pequeños hijos al verle asustados cruzar la calle plagada de autos, y siento tantos deseos, ¡tantos deseos de ser uno de ellos!, uno de esos niños que tiene un padre en quien refugiarse, deseos de ser un buen padre.

Uno como el que yo no tuve, pero al ver a todos reír de alegría y abrazarse con amor y sentirme tan vacío recuerdo esa historia del patito feo en la que él se siente mal por ser distinto y no encajar con sus hermanos, por ser distinto lo rechazan, lo excluyen por ser extraño ante los ojos de los otros, pero a diferencia del final feliz de este personaje, mi final feliz parece no ser tan feliz.

La Frontera del dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora