[Contenido explícito: mención de abuso sexual. [˖⅛]
Él se paró a su lado, lo miró y le guiñó un ojo, con confianza le sonrió y se quitó el uniforme, ahora lo veía más de cerca, estaba tatuado y era algo robusto, con ese abdomen obvio que las chicas se le iban a acercar, y es verdad, a diferencia de Murdoc, él era escuálido, lo habría dejado en la enfermería de un golpe muy seguramente. Ese cuerpo que le parecía atractivo se mojó, comenzaba a sentirse demasiado raro y eso hizo que se enojara, entonces se desvistió y simplemente abrió la canilla, agua caliente y luego la volvió tibia, se pudo relajar bastante, almenos ahora no tenía pánico.
- Rápido, todavía no cerraron las puertas del patio, nos vamos a sentar un rato y luego vamos a caminar, tú sólo sígueme y finge que estamos haciendo algo normal, ¿entendiste?. -.
- Si, Murdoc. -.
- Yo ya terminé, si puedes, apúrate, si no, está bien porque todavía tengo que ir a buscar nuestras "prótesis". -.
- Bien. -.
Dió una última chequeada a Murdoc y la manera en la que su piel se movía con la presión de la toalla, eso hizo que suspirara sintiendo el calor del agua mucho más pesado.
Se sentó mirando sus uñas, el viento era fuerte y cuando más pedía que parara. Murdoc llegó.
Caminaron juntos por un rato balbuceando la primer estupidez que se les venía a la cabeza, a veces acababa riéndose de aquello, Murdoc solía soltar palabras algo estúpidas y muchas veces demasiado raras. Llegaron a una zona del patio en la que había un basurero gigante, entonces vigilaron que ningún oficial los observara y Niccals abrió la tapa del contenedor empujando a Stuart adentro, luego se metió él para cubrirle la boca.- Murdoc-... nos acabamos de bañar, esto es un asco... - Quejándose Stuart se quitó la mano de la boca.
- Son almohadones, tranquilo, está limpio, les pedí a los de la seis que se llevaran las bolsas por un rato, en unos segundos la vuelven a bloquear, ahora sigueme. -.
- No veo nada más que tu cara... -.
- Agarrame de la mano y gatea, hay un conducto ancho aquí, en unos segundos estaremos en una zona algo peligrosa, hacen apuestas clandestinas, también peleas a muerte y a veces... secuestran oficiales mujeres. -.
- ¿Y tú cómo sabes eso?. -.
Levantó una ceja luciendo indignado y le ofreció su mano la cuál Stuart aceptó, comenzaron a pasar por aquél conducto tomados de las manos uno al lado del otro hasta que el muchacho entendió un poco como iba eso.
- De vez en cuando vengo a desquitarme. -.
- ¿Con lo de... las oficiales...?, ¿tú las... violas?, ¿por qué no hacen las apuestas al aire libre...?, también las peleas, creí que era algo normal. -.
- No soy una basura, me refería a las apuestas, sabes, no nos permiten hacer esas cosas allí, por eso las hacemos abajo, son muy inteligentes, este lugar tiene beneficios, los alimentos son buenos, los instrumentos están cuidados y mantenidos, cada zona de este lugar está limpia y prolija, las camas huelen bien, no revisan tus libretas, nos dejan tener una pelota de básquet y no hay mucha vigilancia, sin embargo, los oficiales de aquí llegaron a ser militares, es por eso que se corre el riesgo de que te rompan la cara si te ven cometiendo un error. Cuando haces apuestas con alguien u otras cosas como formar una pelea hasta la muerte, es muy probable que te trasladen a otra prisión, lo cuál, sería un infierno porque ésta, según el malo, es la mejor, y eso es verdad, por algo tenemos un completo salón privado para las peleas a muerte, las apuestas y los secuestros "inocentes". Hay unas escaleras que te llevan a eso, está algo profundo porque al ser este lugar una antigüedad de muchos años, tenían un espacio nazi oculto en el que mataban judíos, fué sellado hace bastante tiempo y la única manera de entrar es por estos conductos bajo tierra, no te creas, anteriormente esto no estaba, no traían a los secuestrados en los conductos, había otra entrada que esa fué sellada y con el tiempo sellaron también la actual, cuando esto se retomó, los planos de esta sala quedaron ahí abajo y nunca la descubrieron, naturalmente por cosas que ni el universo sabe, la tierra se acumuló en ese espacio en el que estaba sellada la entrada. - Explicaba Murdoc cómo un verdadero culto, Stuart sólo oía con atención. - Construyeron los conductos arriba, sin embargo, un bendito hombre que estuvo aquí hace tiempo, quiso escapar por este camino, lo cuál, no fué posible, pero, antes de hacerlo, abrió la entrada a este salón nazi por su extraña obsesión con el holocausto y la dejó para todos nosotros. -.
- Me agrada, eres muy bueno para retener información, Murdoc... -.
- Gracias. Cuando llegemos al centro, vamos a salir por una tapa que queda en la zona de la prisión de chicas, no sin antes transformarnos. -.
- Ok, yo sólo te sigo. -.
- Me sorprende que alguien tímido cómo tú haya decidido acompañarme a esto, Russel no pasa por los conductos, Ace de alguna manera siempre se niega a venir yyyy... creo que luego no tengo más amigos. -.
- Es más emocionante que hacer la rutina tranquila diaria, aunque... si no nos ven en la celda a la siesta... -.
- ¿Piensas que soy nuevo?, programé a mi Russel para que haga un bulto en nuestras camas justo minutos antes de la cena, estoy seguro de que vamos a llegar antes de la siesta pero no importa. -.
- ¿Y cómo entramos?. -.
- Un tipo tiene un amorío gay. -.
- ¿Qué...?. -.
- Salen a darse besos al patio, si fingimos demencia nos va a dejar pasar, es un oficial y un prisionero, lo guardan como secreto y lo es bastante. -.
- ¿Eso es en el horario antes de la siesta?. -.
- Si, lo permiten para que tengan sus citas. -.
- ¿Y tú cómo sabes eso si es un secreto de ellos?. -.
- Me contó Ace. -.
- Ooooh... ¿y como sabe eso?. -.
- Una vez quiso ser gay, ese policía anda con todos los homosexuales de la prisión. -.
- Infiel. - Tocio fuertemente mientras lo decía. - Por cierto, siempre me quedó la duda, ¿de qué te encerraron?. -.
- Ya sabes eso, cheques falsos a prostitutas, dos años, Russel te lo habrá contado, pero todavía no me voy, encontraron antecedentes penales y tengo como unos cuantos años más. -.
- Vamos a estar bastante tiempo juntos entonces. -.
- Ajá. -.
Llegaron a la tapa, Murdoc la corrió y una muy pero muy profunda escalera les dió la bienvenida.
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𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]
Любовные романы❝ La esperaza de Murdoc ahora es protegerme, la mía es su sonrisa. ❞ Una condena en la prisión parecería ser algo malo por la entidad que genera su sonido, pero ellos dos la utilizaron para adormecerse y sumirse en sus defensas aunque allí tuvieran...