Y porque ahora incluso todo se tornaba en esa nueva visión, quizás el coincidir de ambos los había realizado.
Una pequeña ventana de rejas era lo único que conectaba ambas cárceles, sin embargo, aunque fuera pequeña, podía oírlo lamentándose.- Murdoc, ¿qué pasa...? - Alzó la voz, estaba sentado y parecía un poco molesto.
- ¿Qué mierda te importa...? - Del otro lado se abrazaba a sí mísmo, hecho una bola sentado en la vaga cama del lugar.
- Mucho me importa, Murdoc, ¿estás llorando? - Un poco más calmado se levantó y habló.
- No, los hombres no lloran, Stuart. -.
- Después la llamaré a Noodle, tú tranquilo. -.
- Lo estaría más si te callaras. -.
Hubo un largo y cansador silencio entre ambos, se aburrían bastante y el lugar estaba muy oscuro, más además no olía muy bien, por lo tanto no tenían mucho que hacer más que quedarse en sus propias cabezas, algo que por parte de Murdoc era difícil, si bien necesitaba silencio, no quería quedarse pensando en todo lo que estaba pasando y lo que pasaría, quizás para Stuart parecía facilitado pero no era así, aunque él quizás no era un tipo tan problemático, tenía sus enormes inseguridades y miedos, el silencio era afilado para él. Se levantó luego de un suspiro y se acercó a la esquina de la reja, con un leve tono de voz lo llamó.
- Murdoc, ven a la esquina. - Asomó un poco la cabeza como pudo.
Algo molesto se paró luego de limpiarse las lágrimas. Al acercarse de inmediato vió una de las manos de Stuart, aún tenía los grilletes y eso sólo le generaba un pozo en el pecho. Se tomaron de las manos y ambos juraron haber podido sentir la calma del otro.
- Lo sabes, ¿no? - Habló Murdoc.
- ¿Qué? -.
- ¿Sabes que eres importante para mí, Stuart? -.
- Yo-... - Nervioso quiso responder pero rápidamente fué interrumpido.
- Y a pesar de no ser una amistad como Russel tú has sido el único... que es especial... muy especial... me refiero-... -.
- ... -.
- Ya sabes, Stu... tienes algo... tu-... manera de accionarte conmigo... tus abrazos-... tus palabras... yo-... las aprecio mucho. -.
- ¿En serio...? -.
- ¡Si, carajo!, por Satán, prefiero mil veces que me vuelvan a encerrar contigo a que-... no sé, voy a sonar estúpido pero-... perderte, no quiero perderte nunca. -.
- No suenas estúpido, para nada, te prometo que voy a estar contigo todo lo que pueda. -.
- No lo digo con ningún mal sentido homosexual pero si estuviera ahí te daría un beso en la boca. -.
- Está bien, en algunos países lo hacen sin otras intenc-... -.
- Al carajo, te metería todo el pene, eso si es bastante homosexual. -.
- ¡¿MURDOC-?!, ¡¿EH?! -.
- Es broma, que falta de humor. -.
Miró la hora, luego a los dos hombres, parecían estar algo adormecidos, se levantó y se sentó al lado de Russel, lo abrazó y de inmediato Ace hizo lo mísmo.
- ¿Quién les dió permiso? - Hobbs alzó la voz.
- Yo soy Stuart, Ace es Murdoc, imaginalo de esa manera, te estamos usando de almohada gigante. - Respondió Noodle pestañando despacio.
- Parece que no van a llegar... - Comentó Russel.
- ¿Y si están en algún motel o prostibulo? - El narizón teorizo.
- Es mejor que vayamos a dormir, quizás así sea. - La muchacha añadió.
Se levantaron todos y sólo la siguieron a Noodle hasta las habitaciones, cómo los muchachos no estaban y los cuartos estaban desocupados, la japonesa les brindó la confianza de otorgarselos temporalmente.
Se sentó al borde de la cama y suspiró, había extrañado la libertad y comodidad de un hogar, quizás él no tenía miedo, había viajado tantas veces escapando que era una costumbre. En la esquina de la mesita de luz vió algo en el suelo, parecía una libreta, ¿Murdoc había recuperado ese hábito...? Corrió página tras página, anotaciones tontas que ni siquiera entendía, dibujos bastante infantiles aliados a más anotaciones, rayones enormes, páginas rotas, rasguños, gotas, manchas, carta.
⎯ " Russel, si algún día lees esto (sé que lo estás leyendo) quiero decirte que"
Y un dibujo de un miembro masculino, eso sólo lo hizo molestarse, luego se rió, al final acabó dándose cuenta de lo mucho que los extrañaba a los dos y que las ansias los carcomian, no le importaba ya si lo habían abandonado.
- Yyy... ¿me cantas una de Queen? - Sonrió pícaro.
- ¿Me estás volviendo tu radio? - Se rió un poco.
- Quizás, tengo que admitir que me gusta tu voz. -.
- ¿Que voy a tener a cambio? -.
- Ganancias monetarias, fama, mujeres, viajes, lujos, comodidad, alegría y sobre todo, boletos para ver a tu bajista favorito detrás de escenario, Murdoc Niccals. -.
- No recuerdo haberte visto manosear sólo cuatro cuerdas. -.
- Digamos que le cedí mi papel a Ace porque no quería pelear. -.
- Que raro de tu parte, sin embargo, supongo que acepto. -.
- ¿También las drogas, el alcohol y las prostitutas? -.
- Murdoc, no vamos a ser KISS ni Gun's N Roses, creo que esas cosas están de más. -.
- Entonces admites que vamos a ser una banda. -.
- Voy a utilizar tu palabra favorita, quizás. -.
- Exacto, ¿sabes cuál es mi sabor favorito? -.
- ¿El de una mujer? -.
- El de tu piel... - Agachó un poco su torso y con esfuerzo le lamió la mano, Stuart nervioso guardó silencio. - y mi sonido favorito es tu voz... y mi mujer favorita es... tu rica mamá. - Perdió todos los nervios con aquello último.
- ¡¡MUUURDOOOC!!, ¡RESPETA, ANIMAL! -.
- ¡¡ES BROMA!!, ¡¡MI FAVORITA ES BRITNEY SPEARS!! -.
- ¡¡TÚ ERES MI MUJER FAVORITA, MURDOC!! -.
- ¡¡ACOSADOR!! -.
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𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]
Romance❝ La esperaza de Murdoc ahora es protegerme, la mía es su sonrisa. ❞ Una condena en la prisión parecería ser algo malo por la entidad que genera su sonido, pero ellos dos la utilizaron para adormecerse y sumirse en sus defensas aunque allí tuvieran...