Repartió las cartas, había una tormenta fuerte, tenían un poco de abrigo por aquél viento que se deslizaba por la reja hasta llegar a sus cuerpos, pero claro, eran tan inteligentes que el juego más divertido que hallaron es el strip poker con las cartas y legumbres como fichas que apenas habían podido robar. No, no habían mujeres en el juego, mucho menos se excitaban haciéndolo, pero a veces era divertido burlarse del sufrimiento de otro y es por eso que lo jugaban.
- Apuesto un cuarto de los cereales del desayuno a que Murdoc va a perder. - Concentrado habló Ace.
- Apuesto lo mísmo a que si jugamos a la galletita, Stuart pierde. - Malicioso en cierta manera se burló.
- ¡No vamos a jugar a esa asquerosidad, Murdoc! - Enojado le gritó Russel.
- ¿De qué se trata ése?, no sabía que existían este tipo de juegos raritos. - Interrogó el peliazul.
- Pones una galletita en el medio, en este caso usaríamos un vaso y los integrantes tienen que mas-... - Rápidamente el guitarrista fué interrumpido por la mano del de pieles oscuras, aquél mísmo negaba con la cabeza, era mejor no corromper a una mente mínimamente sana como la de Stuart.
Era su primera prenda, la camiseta, la dejó en la cama de Murdoc y continuó jugando, quizás lo malo de aquello era que en secreto era una distracción, almenos para Niccals ese pecho pálido y descubierto le llamaba la atención de una manera inentendible, disfrutaba más mirando las "cartas" del lado de donde estaba Stuart que jugando en sí, o bueno, almenos le parecía más agradable, esa linda piel le generaba satisfacción, se veía suave por lo lisa y brillante, húmeda, viva, era carne viva, trataba de convencerse a sí mísmo que las ganas de chuparlo no eran nada raro ni sexual, sólo una tentación del instinto, y es cuando recién se daba permiso de mirarlo bien, la verdad es que con mucha razón las chicas lo habían besado, tenía un rostro bonito, unos enormes ojos negros, su pelo azúl alborotado y esa naríz respingada eran cosas que a cualquier chica volverían loca, sin dudas lo iba a llevar consigo cuando fuera libre, quería hacer una banda, ser millonario, mostrarse y ser adorado aunque Stuart fuera a ser el foco, obvio todo para refregarlo en la cara de su padre, todo por ambición, todo por las mujeres.
Pasaron unos largos minutos de juego, Ace ya sólo llevaba la camiseta sin mangas y la ropa interior, era el que más estaba perdiendo y también temía hacerlo con un cuarto de su desayuno. Para la rareza de los demás, Stuart estaba teniendo éxito, iba ganando, Murdoc seguía creyendo que el peliazul era un tonto y es por eso que estaba enojado, además de otras varias razones más, por ejemplo, primero que todo, para él, aquello no era éxito, era suerte, luego, le tenía envidia, después, quería ganar, más tarde, (aunque en el fondo muy fondo) no tenía la oportunidad de ver completamente el cuerpo de su futuro front-man, almenos intentaba justificarse con que necesitaba chequear todo de su futura base económica y transporte a la fama, pero en todas esas distracciones acabó fallando y teniendo que quitarse los pantalones.
- Este juego es una porquería, ¿lo dejamos aquí?. - Tirando los pantalones a la cama de Russel se quejó Murdoc.
- Sólo dices eso porque tienes miedo de que vean tu diminuto pene. - Se burló el narizón.
- Ace, no es por nada, ya sabes... pero... ¿tú cómo sabes su tamaño?. - Fingiendo inocencia para luego mirarlo con maldad lo interrogó Stuart.
Todos se quedaron en silencio, Ace se concentró en los patrones de las cartas para evitar nerviosismos, Murdoc tenía una cara de molestia, detestaba el hecho de que ese estúpido no respondiera una pregunta tan simple.
- Fácil, se inventó uno, nunca me la vió. - Quejoso contestó el guitarrista.
- Aún así no hubiera sido raro que lo hubiera hecho. - Lo mofo el de pieles oscuras.
- Si, a veces parecen novios. - Agregó el peliazul.
- ¡¡BUENO, YA BASTA!!, ¡¡YO NO SOY UN MALDITO HOMOSEXUAL!!. - Gritoneo finalmente Murdoc.
- De hecho no necesitas ser gay para que te atraigan los hombres, quizás seas bisexual o pansexual. - Sonriente le explicó Stuart.
- ¡¡NO SÉ DE ESAS MARICONADAS DE MUJERCITA ASI QUE DEJA DE HABLAR DEL TEMA!!. -.
Tiró las cartas y se levantó empezando a vestirse, se miraron entre los tres sin comprensión alguna, ¿de qué se enojaba?, la sexualidad era algo tan normal cómo la respiración.
Caminó unos pasos avergonzado, estaba apoyado en la reja mirando a la nada, en cierto punto se quejaba mentalmente, el malvado de Russel lo había enviado a disculparse, ¿pero qué carajos había hecho?, ¡nada!, no lo insultó, no lo tocó, ni siquiera Murdoc se podría haber sentido ofendido por su mirada ya que sus pupilas ni se veían. Se reposó a su lado, de inmediato el pelinegro lo miró indignado y cruzado de brazos se corrió de ese lugar, suficiente para que Stuart se molestara asi que le tomó la manga de la camiseta.
- Murdoc, si te ofendí en algún punto, perdón, ¿sí?, estoy acostumbrado a que esas cosas no son temas sensibles ni mucho menos ofensores. -.
- ¿Me estás diciendo sensible e insinuas que me ofendí?. -.
- No, para nada, simplemente quizás te moleste que hable sobre tu sexualidad. -.
- Escuchame una cosa Stuart... - Se dió la vuelta. - yo no tengo una sexualidad, soy heterosexual, punto, no hay más. No te quiero escuchar comentando cosas gays sobre mí porque no lo soy. -.
- Yo-... Murdoc, en serio no quería molestarte, lo tengo entendido, eres heterosexual, te respeto, ¿sabes?, no voy a bromear sobre lo que seas ni crear rumores. -.
- Ahora lo dices como si yo fuera homosexual. -.
- Muy bien, Murdoc, eso ya es una obsesión, no te dije que lo eras en ningún momento, ¿tienes miedo a las verdades o porqué tu masculinidad es tan frágil?. - Soltó su manga poniéndose serio.
- ¡CÁLLATE!. -.
- No, Murdoc, acuérdate de lo que hablamos, ya te pedí perdón por lo que podría haberte molestado o lastimado, nos estamos metiendo más en el tema porque tú te lo buscas, ¿qué te pasa?, ¿tu papá te decía que tenías que ser un macho y no te dejaba ser felíz por eso?. -.
- ¡¡TE LO ESTÁS BUSCANDO, STUART!!. -.
- Si, estoy buscando, estoy buscando una respuesta de porqué te pones así, ¿qué te pasa?. -.
- ¡¿QUÉ CARAJOS TE PASA A TÍ?!. -.
- A mí nada, sólo intento resolver este problema porque no me gustaría que en el futuro volvieras a detestarme por sólo intentar charlar contigo menos hostilmente. -.
- -... ¿Es lo único que te importa?, ¿qué no te deteste?. -.
- No, no sólo me importa eso, también me importa que te sientas cómodo hablando conmigo, que no sientas que te estoy atacando todo el tiempo y que razones un poco de que no intento lastimarte ni cambiar algo tuyo, acepto cómo seas y no necesitas tratarme mal por preguntarte cosas para saber de tí, si no las quieres responder sólo dímelo, pero me interesa conocerte al igual que Russel. -.
- -... - Se quedó en silencio, tragó saliva y le brillaron los ojos con todo mínimo destello que cruzaron.
- ¿Estás bien con eso o no?, ¿te sientes cómodo con lo que digo?. -.
- ...No sé-... eh-... -.
- ¿Te cuesta decirme que sí?. -.
- Quizás... -.
- ¿Te puedo dar un abrazo?. -.
- Quizás-... -.
- ¿Sólo vas a decir "quizás"?. -.
- -...Quizás. - Sonrió a lo último un poco avergonzado, Stuart correspondió a la misma y también lo hizo, entonces lentamente se acercó a él y lo abrazó, le sobo un poco la espalda cuando sintió ese agarre fuerte en su camiseta y cómo fregaba su cabeza en su hombro.
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𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]
Romance❝ La esperaza de Murdoc ahora es protegerme, la mía es su sonrisa. ❞ Una condena en la prisión parecería ser algo malo por la entidad que genera su sonido, pero ellos dos la utilizaron para adormecerse y sumirse en sus defensas aunque allí tuvieran...