- ¡Ah-...!, cuidado, cuidado... ¡despacio-...!, aahh-... eres bruto, estoy apretado cómo un puto corcho de champagne, Murdoc, estás lastimandome... ¡despacio...!, te lo suplico-... -.
- Ya-... deja de quejarte, estoy tratando de ayudarte pero se ve que te ataron con odio, ¿te duele algo?. -.
- El pen-... -.
- No me refería a eso, Stuart, basta con tu dolor de pene, ¿por favor?. -.
- Perdón, me parece chistoso... -.
- Vamos, arriba, ya las desate. -.
Se levantó de la silla temblando un poco volviendo a recuperar la movilidad y buscó a Murdoc con sus manos, entonces sintió el rostro del mísmo.
- Gracias, Muds... ¿a dónde vamos?. -.
- Sólo agarrame de la mano y yo nos llevo. -.
Se buscaron hasta entrelazar sus dedos e intentaron caminar por aquél lugar, estaba desastroso, habían cosas en el suelo y se les dificultaba caminar por ahí. Un sonido muy fuerte, le hizo los pelos de punta a Stuart, entonces gritó cuando lo escuchó una segunda vez.
- ¡SHHH!, ¡¿qué te pasa, Stuart...?!. - Quejoso lo silenció Murdoc.
- Ballenas-... me dan mucho miedo... -.
- Por Asmodeo... ¿no hay algo a lo que no le tengas miedo?. -.
- S-son ballenas, Murdoc-... tan grandes que-... - Otro sonido resultó hacerlo gritar de la misma manera, se aferró con fuerza al brazo del pelinegro.
- ¡Yaaa...! cálmate, estamos dentro del barco, no nos va a pasar nada, ¿bueno?. -.
Otro sonido más, este no fue de una ballena, uno de los hombres entró a esa zona del barco, ambos lo notaron, entonces rápidamente Murdoc tomó a Stuart de la camiseta y fueron por detrás de un par de cajas ocultandose. Luz, había mucha luz, suficiente para tentarlo al de pieles verdes, él no era estúpido, era rápido, entonces se encargó de asomar un poco la cabeza para memorizar cómo se veía el lugar. Acomodó unos papeles y alguien lo llamó, miró hacia las escaleras.
- ¿Qué pasa Jimmy? - Preguntó al muchacho que bajaba de las escaleras.
Jimmy Manson, ¿cómo no iba a reconocer a ese pretencioso?, un amigo de la infancia, un inmundo animal. Estaban charlando, por la cabeza de Murdoc pasaban millones de cosas, podría simplemente matar a esos dos, matar a todos y amenazar al capitán, acabar en Nueva York con Stuart, ocultarse, comprar drogas con facilidad, ingeniar algo para Russel.
- Ey, lindo... ¿los matamos a todos? - Con maldad sonrió Murdoc al murmurarle.
- Murdoc, no, siguen siendo personas, quizás tengan hijos o una esposa... ¿que van a sentir ellos cuando lo sepan...? -.
- Jimmy Manson no tiene nada de eso... -.
- No sé quién es Jimmy Manson, ¿si? -.
Las luces volvieron a apagarse luego de que los hombres se largaran, esperaron unos minutos. Caminaron hasta aquellas escaleras pero a mitad de camino Murdoc se dió la vuelta para tocar todo el cuerpo de Stuart, parecía que buscaba algo.
- ¿No venía una pistola con el uniforme? - Le preguntó luego del manoseo.
- E-eh... quizás... no sé... no siento nada, búscala tú... - Nervioso habló.
- ¿Qué?, ¿te gusta que te manoseen?, no, buscala tú, es tu cuerpo. -.
- Es tu deseo. -.
- Oh cállate, no digas esas estupideces... te lo dije en confianza, tampoco abuses de la misma. -.
- Me refería a la pistola... -.
Otra vez silencio, lo tomó de la muñeca y siguieron caminando en la oscuridad.
Todo había cambiado, Russel no había salido de las salas de entretenimiento luego de aquella charla con el oficial, estaba sentado mirando a la televisión, no le importaba si se ponía en blanco y hacía un leve zumbido, él esperaba, esperaba porque en cualquier momento podrían aparecer en las noticias, esperaba porque podría recibir información de ellos, deliraba de vez en cuando, soñaba con un mensaje de ellos, algo que le dijera "estamos aquí, no nos olvidamos de ti".
Entró a ese lugar y suspiró, era inevitable no extrañar a Murdoc, pero él no iba a esperar que la policía hiciera algo o las noticias mencionaran una pista.- Una vez ví en una película como apuñalaban a alguien con un lápiz. - Sentandose a su lado sonrió Ace.
- Vamos a generar más problemas, ¿sabes? - Russel giró la cabeza.
- No existe cosa que no venga acompañada de problemas. -.
- No voy a hacerlo. -.
- Se va el tiempo, Russel, ¿quisieras que murieran sin darte una explicación o ayudarlos y de paso vivir una mejor vida? -.
- No puedo... -.
- Vamos, Russel, ellos te están esperando... ahora mísmo podrían haber hallado su localización, podrían estar sufriendo. -.
- Ace, basta... -.
- Revive eso que hay en ti, no me mientas con que estabas poseído, eres un loco, un asesino, ¿sabes?, aprovecha tu enfermedad mental y úsala para no empeorar junto a la misma... finge que otro demonio entró en ti y te está controlando, vamos, Russel, ellos te esperan... - Lo psicopateo al oído.
- ... -.
Le abrió la mano colocando un lápiz y luego se la cerró haciéndolo apretarlo fuertemente.
- Un lápiz para pintar el suelo de rojo, ¿que te parece?, vamos, una vez que tengamos uno, el resto es sólo estorbo. -.
- No sé si quiera hacerlo... no son bonitos recuerdos, Ace... por favor, ya basta... -.
- ¿Quieres ver otra masacre?, ¿quieres verlos incluidos en esa masacre?, tanto que recuerdas, piénsalo, Stuart con la cabeza volada, explotado, huesos llenos de carne, Murdoc con la boca destrozada, sin mandíbula inferior, su lengua colgando, ¿crees que eso te gustaría?, la policía es morbosa, Russel, lo van a hacer. -.
- Por favor, basta, Ace... - Se cubrió los oídos y cerró los ojos angustiado, el recuerdo de caminar por los pasillos sin entender lo dejaba débil, todos esos niños, todos en sus asientos, tirados, sucios, sucios de sangre, sangre inocente, adolescentes, profesores, personas sin culpa, ¿cuántos padres se habrán suicidado por su masacre?, ¿cuantos habrán ido hasta la cama de su hijo faltante para arropar el aire?, ¿que orgullo le podía dar a quién?, se sentía un completo asco, una basura, las palabras de Ace sólo lo ponían en un conflicto, cualquier opción que eligiera iba a ser un infierno.
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𝓣𝓸𝓷𝓲𝓰𝓱𝓽 [ꜱᴛᴜᴅᴏᴄ.]
Romance❝ La esperaza de Murdoc ahora es protegerme, la mía es su sonrisa. ❞ Una condena en la prisión parecería ser algo malo por la entidad que genera su sonido, pero ellos dos la utilizaron para adormecerse y sumirse en sus defensas aunque allí tuvieran...